Sonia M.Martin: “El vacío también me inspira; la ‘nada’ es sobrecogedora como inspiración” / entrevista de viviana marcela iriart / Silicon Valley, 24 de mayo de 2013







Sonia M.Martin  no es sólo una de las mejores escritoras del mundo, mujer y hombre, aunque parte del mundo todavía no esté enterado de ésto. Es también una de las personas más generosas que conozco. Sonia comparte todo: información sobre editoriales, concursos, encuentros literarios, espacio para publicar en su sitio web La Prensa/The Press, dinero para publicar libros de amigos, textos maravillosos para dar a conocer a escritoras amigas.  Su espacio en su casa y su espacio en la web. Su tiempo real y su tiempo virtual. 

Nada más que por haber escrito la novela  Pliegos Sueltos o María la del Castañar (Chile, Ed.Lom, 2007) Sonia merece el Premio Nobel de Literatura. Porque “Pliegos Sueltos…” es la  mejor novela jamás escrita sobre el desarraigo en América Latina, contado  a través de los ojos de una niña chilena, hija a su vez del desarraigo sefardita, desarraigo que nos permite conocer poemas, leyendas, canciones, comidas, culturas de los países que la niña se ve obligada a recorrer, con las raíces sefardítas y chilenas siempre presentes. Pero la novela no está escrita desde el dolor del desarraigo sino desde el placer que siente la niña ante el descubrimiento de cada cultura nueva, aunque la nostalgia esté siempre presente como la sombra del parral. “Pliegos Sueltos…” representa como ninguna otra novela no el desarraigo de un pueblo, chileno, argentino, sefardita…, sino el desarraigo de cada uno y al mismo tiempo de todos los pueblos. De una manera magistral Sonia logra amalgamar todos los exilios, todas las inmigraciones, todos los destierros, todos los desarraigos… y todas las culturas. Y la voz que cuenta esta historia es la voz del amor. 
Porque Sonia es un ser de amor.
A pesar de todas las heridas, todos los dolores, todas las injusticias, todas las luchas, todas las pérdidas, Sonia es un ser de amor que sólo sabe seguir dando amor.


"Me gusta leer en mi lengua y sentir ‘el olor de la guayaba’"



Sonia, ¿estás escribiendo? 
Sí, estoy escribiendo un texto sobre el exilio de nuestras familias, se titula Aires de Libertad. Lo escribo con mi hija, Carolina Moroder, quien es periodista, crítica, escritora, profesora de lenguas, tejedora y bordadora, es casi como yo, sólo que yo no bordo y ella es como una profesional bordando, aunque nadie le enseñó. En mi familia, todas estas cosas son comunes, tanto en las mujeres como en los hombres. Incluyo a mis nietos en estas artes, como el don de amaestrar animales, cuidar las matas o ser medias médicas y con dones extra sensoriales… un poquito ‘chamanas o chamanes,’ diría yo.

Vives en Estados Unidos desde hace más de 15 años, ¿escribes en español o en inglés?

Escribo en castellano, pero me he propuesto alguna vez escribir en inglés. No es fácil, porque la lógica de la lengua sajona es muy distinta a la de una lengua romance como la mía. El castellano es la tercera lengua más hablada en el mundo. Se habla desde Turquía hasta Tierra del Fuego. En Turquía hay un grupo nutrido de sefaraditas -judíos-españoles- que hablan judeo-español, también llamado ‘ladino.’ Aunque a mí me gusta más decir ‘judeo-español’. Ellos tienen periódicos en ese castellano antiguo que es el judeo-español o ladino. Como toda sefaradita, yo amo la lengua de Sefarad, así es que escribo con placer en mi lengua natal o materna, en Castellano.

¿Es fácil ser una escritora latinoamericana en Estados Unidos?

No es fácil ser escritora en ninguna parte. Las librerías están llenas de nombres de escritoras y escritores, pero por Dios que cuesta ser editado o editada y no importa el país.

¿De dónde nace tu inspiración cuando escribes?

Todo y nada me inspira, simplemente me fascina escribir, desde que aprendí a hacerlo. Como periodista, soy disciplinada. Como crítica de Artes Plásticas, Artes Escénicas y de Literatura, para mí todo es cosa de sentarme y escribir y en todas partes hay inspiración. Mis talleres de escritura me han enseñado a dar el tema a los alumnos, que no sé por qué, siempre me lo piden. Yo les doy libertad para escribir lo que deseen, pero ellos insisten que les dé la idea o el tema y quizá esto me hace encontrar inspiración en todo y en nada.
El vacío también me inspira; la ‘nada’ es sobrecogedora como inspiración. Yo diría que la nada, es dolorosa como inspiración. Es un vacío, es un hueco en el espíritu que te obliga a escribir y a escribirlo como lo sientes. Cuando estoy muy triste, la nada me inspira como nunca y cosas muy especiales. En ese momento crece en mí, algo que mi madre siempre me decía “ya salió tu sentimiento trágico de la vida, tu otro espíritu”. Nunca tengo frente a mí una hoja en blanco, ni nunca la he tenido. Siempre tengo muchos proyectos iniciados con la fecha y hora que los inicié y me olvido de ellos por otros o porque me pongo a investigar sobre el tema del proyecto y me apasiono leyendo y leyendo y me olvido de los otros trabajos por un tiempo y los retomo después. Leo mucha poesía;  fue un gran consejo que recibí de mi amigo Denzil Romero, escritor venezolano, en la última entrevista que le hice. Denzil ya no está con nosotros.
Adoro también leer teatro, no sólo en manuscritos, sino que en textos publicados. Me gusta el teatro escrito por las dramaturgas sudamericanas en especial y en general las latinoamericanas y no es que las otras no me gusten. Me fascinan, pero me gusta leer en mi lengua y sentir ‘el olor de la guayaba’ con estas dramaturgas de mi continente. Y por supuesto, no dejo de leer en portugués, ya que las brasileras-y los brasileros- son muy, pero muy importantes para mí. Vaya teatro fabuloso que tienen y sus teleseries también me fascinan. Admiro en forma especial  a los y las escritores y escritoras brasileras/ros. Brasil es un país que le da sabrosura y enjundia a Sudamérica. Pienso en este país como un todo interesante, sabroso y no sólo como un carnaval maravilloso, porque es mucho más que eso. Admiro su teatro, sus dramaturgos, sus poetas, su literatura, sus pintores, escultores, su música, adoro a Roberto Carlos, a Caimmy  y hasta a su primera presidenta, Dilma Vana Rousseff.





Yo amo tu novela “Pliegos Sueltos o María la del Castañar”, es una novela que me hubiera encantado escribir. Es para mí una novela perfecta, no sobra ni falta nada. Esa hermosa novela en donde una niña comienza contando en su Santiago natal donde nacieron sus ancestros es, para mí, la mejor novela latinoamericana sobre la inmigración, tanto de Europa como entre países del continente.  ¿Cuándo comenzaste a escribirla?  ¿Es autobiográfica?

Es una trilogía y Pliegos Sueltos o María la del Castañar, es la primera parte. Tengo escrita las otras dos partes; se pueden leer en conjunto o por separado. Se la escribí a mi nieta Elke, mi primera nieta; y como vinieron pronto los demás nietos, tuve que dedicársela a todos. ‘La niñita,’ justamente, cuenta que su familia es sefaradita y no latinoamericana. Le pregunta a su abuela qué ‘significa ser sefaradita’ ya que eso no se conoce en Latinoamérica corrientemente, y ella escuchó debajo de la mesa del comedor, en la casa de sus abuelos maternos, cómo hablaban su abuelo, tres de sus tíos mayores y su madre, de dónde venían y cómo se habían cambiado el apellido y la forma posible de cómo se escribía antes. Yo tenía cinco añitos cuando escuché la conversación debajo de la mesa…había llegado a Chile hacía poco y me quedé bien pensativa cuando supe que la familia se había exiliado en Salónica o Tesalónica -que era entonces parte del Imperio Otomano-  en 1493 por el ‘Decreto de la Alhambra’, dictado por la ‘Reina Lavandera’… y que otra parte de la familia se había ido a Marruecos; una parte se quedó en España, como cripto-judíos o marranos, aunque después, según mi madre, iban y venían de un lado a otro, llegando siempre a España, en donde sé que aún queda la fábrica textil de mi tátara tatarabuelo. Está cerca de Salamanca, en Béjar, pueblo que en su época fue de textileros.

¿Cuánto tiempo tardaste en escribirla?

Una semana. Luego, la pulí como en un año. Las otras dos partes de la trilogía, me tomaron también una semana en escribirlas. Están aún en manuscrito y listas para publicarlas. La segunda parte se titula Chayma Luntata, que en aymará, quiere decir “Ladrona de Corazón”.  Yo escribo ‘Chayma’, tal cual lo escribían mis padres, cuando ellos eran jóvenes. Sé que ahora se escribe diferente, pero yo guardo el poema que mi madre le escribió a mi padre, que se titula justamente “Chayma Luntata”. Es bien corta esta segunda parte. Transcurre en Bolivia, otro de los países latinoamericanos, que es parte de mi vida. La familia de mi padre se radicó allí. Mi tátara abuelo, fue Embajador de España en Bolivia y sus hijos se quedaron por allí; es una historia bien especial la de ellos también. Cuando yo tenía dos años, mis padres fueron a Achocacaya, en donde mis abuelos tenían gran cantidad de tierras, no hablo de una finca o dos, era mucho más. Mi abuelo era un terrateniente. Y luego fuimos a Santa Cruz, en donde mi abuelo tenía también tierras cafetaleras y en no sé qué parte de Bolivia, mis parientes tenían minas de oro. Sé que por Achocaya pasa un río y que allí había oro. Los indígenas que sacaban oro de ese río, le hicieron  a mi madre y a mi abuela paterna, cadenas y cruces de oro, eran maravillosas, yo las recuerdo. También recuerdo, que en La Paz, mi tía abuela Raquel, tenía esas moscas de oro que vuelan y vuelven al  lugar desde donde se las ha lanzado. En el comedor de mi tía abuela, había un pocillo de cristal, con doce de estas moscas, que dicen que son valiosas y que no se sabe cómo las hicieron los aymara ni  dónde están, ya que cuando nos fuimos a Chile, por la muerte de mi padre, se cortó la comunicación con las familias de Bolivia y de España, por el lado paterno; hasta 1970, en que murió mi abuelo y la tía Raquel al poco tiempo. Nos dejaron una gran herencia….pero esa parte de mi vida, es otra historia, en donde el exilio político me afecta dolorosamente… no me gusta hablar ni escribir sobre ello, aunque a lo mejor alguna vez lo haga. 
Sin embargo, tuve que escribir Chayma  Luntata, porque al nacer Elke, empecé a recordar mi infancia y a mis abuelos maternos  y algo de la  familia paterna. Bolivia para mí es un lugar exótico, recuerdo con gran nitidez todo lo que viví en esa temporada que estuvimos con los abuelos. Luego no los volví a ver nunca más…pero “el olor de la guayaba’ o mejor dicho, el olor al tambo adonde nos llevaba Gregorio, el asistente de mi padre, a tomar helado y a comprar, junto con una de las mujeres indígenas a cargo de la cocina, aún huele en mi cuerpo, no en mi nariz, es que todo me huele a tambo, cuando rememoro esta parte de mi vida y cómo recuerdo a Gregorio y las frutas de ese mercado. Tengo aún el sabor al pacay en la boca… Me gustaba estar con los nativos  y aprendí rápido aymara; mi padre no me dejaba hablarlo. Mi madre se reía de estas diferencias que hay en Bolivia entre ‘blancos’ e ‘indios’.  Recuerdo también el ‘pongage’ que había en las fincas de mi abuelo y cómo mi madre se oponía a muchas cosas que en Chile no existían, pero que en Bolivia sí y eran diferencias que en mi mente quedaron grabadas, aún a mis dos añitos de edad.  Tanto las recuerdo, como que las escribí. Y por supuesto, las comenté mucho con mi madre cuando estaba viva y yo tenía curiosidad por Bolivia y la familia de papá. Mi padre murió muy joven, tenía 33 años. Fue una muerte política…y en Chile vivió dos deportaciones. Vuelvo a tu pregunta porque me estoy yendo del tema… Luego escribí la tercera parte que se titula Pillantepuy y las Hijas de la Luna. Esta tercera parte de la trilogía transcurre en Venezuela y la niñita ya tiene 12 años. Se enamora y no vuelve a escribir en sus diarios de vida, ya que la trilogía son tres diarios de vida que escribe Débora o María.

Me muero de ganas de leer las dos segundas partes y es increible que sólo tardaras una semana en escribir una novela tan magnífica.  “Pliegos Sueltos…” sería una excelente miniserie, ¿no crees? ¿Has intentado ofrecerla a productoras de televisión? 

Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo. Sería una estupenda miniserie. Pero a los directores no les gustan las heroínas, prefieren a los héroes, así es que tendré que esperar a que una directora de cine en algún país latinoamericano o en California,  lea Pliegos y le guste Débora o María.

Tú has vivido en diferentes países de América y de Europa. ¿Te sientes una escritora del desarraigo?

Sí, me ha tocado vivir en diferentes países y tengo parientes en muchas partes. En Latinoamérica, como ves, Bolivia es un país importante para mí y también Argentina, en donde tengo parientes en Buenos Aires y también en Rosario. Allí, el que tenía tierras, era el tío Lucio, hermano de mi abuelo materno. Tenía una gran hacienda. Tengo una foto de mi madre a los 16 años montando a caballo, al lado del tío Lucio en la hacienda y es igualita a mi hija Lola, tanto, que es fácil confundirlas, si no fuera por la ropa que es de los años 20. Mamá está vestida con un colán y el tío Lucio también, ambos van en unos caballos muy briosos. Mi madre fue una gran equitadora y Lola también, lo mismo que sus dos hijos, mis nietos. Yo les tengo terror a los caballos…


Eres también poeta y tu poesía erótica es, quizá, la que más llama la atención, porque hay pocas escritoras que aborden el erotismo. ¿Cuesta desnudarse en cada poema o la que se desnuda es otra?

Escribo casi todos los estilos poéticos. Antes de aprender a escribir y a leer ya tenía un libro de poemas publicado. Mi madre lo publicó. Ella me peinaba, me bañaba, me vestía y me dormía, recitándome poesía y me hacía poesías a mí y me hacía contestarle con poesías mías…me enseñaba a rimar. Así publicó mi primer libro de poemas con los que yo le contestaba. También me leía teatro para dormir, en especial el teatro de García Lorca y mi abuela hacía lo mismo. A los dos años, mamá me subió en La Paz, Bolivia, sobre un escenario a recitar los poemas que están casi todos en Pliegos Sueltos o María la del Castañar. Luego los locutores me hacían preguntas sobre Chile, España o lo que se les ocurría, porque les hacía gracia que una pequeña fuera tan desenvuelta sobre el escenario como yo; era y soy muy parlanchina. Recuerdo que estos eventos eran en radios con grandes teatros y escenarios magníficos. Lo que no sé son los nombres de las emisoras, pero recuerdo los premios que ganaba. Me regalaron una vez las quintillizas Dione, que eran cinco muñecas de porcelana. Gané tortas, muñecos, peluches, diversas cosas y en los colegios siempre fui la niña que recitaba, escribía poemas y hacía teatro. Mi madre me cambiaba de colegio como de calcetines…no sé a cuántos colegios fui ni en qué lugares y no era precisamente muy simpático ser siempre ‘la nueva’ y echar el cuento cada vez que tenía que ir a un colegio en un lugar distinto.
Además, me peinaba con rizos, que siempre eran la pasión de todo el mundo. Mi pelo negro endrino y mis largas pestañas azules llamaban la atención cuando era niña y yo los odiaba. Las fotos en que estoy peinada de este modo, las tengo guardadas. Finalmente, cuando tenía como ocho años, mi abuela se compadeció de mí y sin autorización de mi madre, me llevó a la peluquería y adivina qué…me hicieron la permanente, me quitaron la ‘chasquilla’ o ‘flequillo’, que mi madre imponía y me dejaron -según mi madre- ‘como una ordinaria cualquiera con permanente’; yo me sentía toda una niña grande y  liberada de mis rizos a lo Shirley Temple…por eso los odiaba, no había quién no hiciera la comparación entre la rubia y yo…de pelo negro…Eran unos rizos muy hermosos y no había quién no se metiera con ellos. Generalmente, la compañera del pupitre de atrás de mí, se dedicaba a meterme el lápiz en un rizo y luego en otro…y no me dejaban tranquila con este jueguito. En esos años en que yo tenía ocho años, la moda de las niñitas era tener permanente en el pelo y no rizos de bebé, como los míos. Me sentí  liberada con la permanente.
En cuanto a mi poesía erótica, depende a quién desnude. Tengo varios libros escritos sobre poesía erótica y a veces me desnudo yo…soy un ser humano, por lo tanto, el erotismo es parte de mi vida, como es humano y normal. Lo raro sería que no sintiera mis hormonas femeninas y si me gusta escribir, lo lógico es que sea yo quien se desnuda con algunos poemas. Digo algunos, porque tengo un poemario titulado Zapatos Rojos , que es un homenaje que le hago a la Dra. Clarissa Pinkola Estes, por su maravilloso libro, Mujeres que corren con los lobos. La Dra. Pinkola Estes tiene un Ph.D, es poeta, académica, diplomática, psicoanalista jungiana, cuenta cuentos y en especial ella es especialista en ‘Mitos, Cuentos y Leyendas’. Su libro mencionado más arriba, justamente nos cuenta sobre las enfermedades sicológicas de las mujeres, a través de los mitos, cuentos y leyendas. A mí me impactó de tal manera esta teoría de CPE, que le inicié un poemario, en donde de cada mito o leyenda que analiza, he escrito un poema, pensando en alguna mujer que conozco y que creo que sufre o vive el problema que la Dra. Pinkola Estes menciona en sus cuentos o leyendas. Ella nos habla de la ‘Mujer Salvaje’, que todas llevamos dentro… son casi 600 páginas a leer; es un libro denso, pero muy interesante. Lo leí con pasión y ella tiene mucho erotismo en estos mitos y leyendas…por lo tanto, en estos poemas, no soy yo la que se desnuda, sino que, o la mujer por la que escribo, o el mito o la leyenda que representa mi musa inspiradora, que puede ser una de mis nietas pequeñas o…o una de mis hijas o las dos o esas mujeres maravillosas que en general he conocido en mi vida, como mi madre, mi abuela o mi suegra…o bien mi bisabuela materna a quien no conocí; la Abuela del Café, ese era su sobrenombre, aunque ella tenía el nombre de una flor. Es un nombre antiguo y la flor la vine a conocer en California, al comprar matas para mi jardín. Su nombre era Nemesia, que es una flor pequeña, color lila, con un pistilo amarillo fuerte, que hace contraste con el lila de la flor, que tiene cinco pétalos. Es una mata del estilo de las violetas, pero más clara y la flor más pequeña. Mi bisabuela era alta, muy alta y bizarra, buenamoza, elegante, culta, simpática y graciosa. En cambio mi abuela, su hija, era pequeña, también graciosa, simpática, pero no tan bella como su madre y le gustaba bailar, como a mí. Amaba leer y lo hacía sobre un atril especial que tenía para ella. El teatro, la ópera, la zarzuela y la poesía, eran su pasión. Cantaba con voz de falsete, pero cantaba bien. Se fascinaba con las zarzuelas, con Luisa Fernanda y con Doña Francisquita. Siempre las cantaba y yo me las aprendí también. Como puedes apreciar en mi poesía erótica desnudo a muchas mujeres y entre ellas a mí misma. Tengo dos poemarios que escribí al mismo tiempo Señora de Mirar de Aurora e Iniciación, Extasis y Visiones del Amor  este último poemario se lo escribí a mi esposo.

Como Marguerite Duras, también tú te dedicas al periodismo y has conocido a grandes personalidades de las letras y del teatro de América Latina. ¿Cuál es la entrevista que realizaste que más te marcó?

Muchas, tantas que no podría decirte cuál me impacto más. Depende de tantas cosas para que te impacte un entrevistado más que otro. Tu pregunta me hace rememorar mucha gente, como por ejemplo, Dacia Maraini, la ex mujer del escritor italiano, Alberto Moravia…su literatura y el teatro feminista que llevaba por el mundo, me impactó. Es una mujer más o menos de mi edad, muy interesante como ser humano; me habló de su marido…  Dacia es hermosa, rubia y bella como Virna Lissi, otra italiana de nuestra época. Sus libros El mio marido y Memorie di una  ladra, están pésimamente traducidos al castellano, pero son muy buenos. Nos habla del machismo en su país. La entrevista se centró mucho en el machismo y el feminismo y cómo se desarrollaba en esa época en Italia.
Griselda Gambaro de nuestro continente, argentina, dramaturga, aunque tiene un par de novelas escritas en el exilio que vivió en España, una de ellas es erótica.  En la época que la entrevisté en un Festival Internacional de Teatro en Venezuela, ella era quizá una de las pocas dramaturgas que escribía teatro de la resistencia. Su obra dramática tiene gran peso en el teatro Latinoamericano y mi entrevista fue justamente por su obra dramática.
Elena Poniatowska, la polaca-mexicana, periodista y escritora. Es tan sencilla, como  talentosa.  A ella la vi en Chile en una corta entrevista en la Feria del Libro en Santiago, adonde Elena había sido invitada. Su obra de periodismo testimonio me impactó. Su narrativa o su obra testimonio es como ella. Sencilla, pero llega al corazón del lector/a.
Susana Constante, ‘Premio La Sonrisa Vertical’ de la Editorial Tusquets, con su novela La Educación Sentimental de la Señorita Sonia. Entrevisté a Susana en Barcelona, España, a través de la Editorial Tusquets, por el premio recibido.  La entrevista con Susana fue genial por todo lo que me contó y también dramática debido a las razones por las que se fue a España y todo lo que le sucedió en este país por el premio recibido. Hasta me tiento de contarte los pormenores de lo que le sucedió en Barcelona por el premio recibido, o sea, por ser un premio a una novela erótica, escrita por una mujer…
Del catalán Manuel Vásquez Montalbán me hice más admiradora de su obra a través de la entrevista que le hice. Digamos que admiré más aún al escritor, luego que lo entrevisté. Me gusta la obra  de este hombre tímido, retraído y silencioso. Se puso rojo como la grana, cuando le pregunté que por qué Charo, su protagonista prostituta, era una santa y las damas de sociedad en sus novelas negras, son todas tan putas…se sonrojó como un colegial y no contestó la pregunta. Y como yo me he leído y me había leído todas sus novelas negras, pues me conocía bien a  sus protagonistas y sus recetas culinarias, además de su biografía completa. Soy gran admiradora aún de este gran escritor que ya no está con nosotros. Me ofreció enviarme una obra de teatro que escribió sobre el ‘Golpe en Chile’. Era gran admirador de Allende…todo lo que me habló sobre Allende y sobre el proceso socialista de Chile, me llevó a sentir una gran admiración por este escritor que fue el primero en escribir en castellano el género novela negra. Cuando lo entrevisté yo ya era toda una experta en este género como crítica  literaria, así es que para mí, entrevistarlo fue como darle un caramelo a una niña. Nunca me llegó la obra de teatro ofrecida…
Manuel Puig…también me leí toda su obra y lo entrevisté muchas veces y te podría nombrar a muchos y muchas más, muy interesantes y que no tengo idea dónde están sus entrevistas y no sé dónde las publiqué ni cuándo. Creo que tú publicaste una bien interesante que le hice a Fernando Alegría, escritor, académico y poeta chileno. Esta entrevista se la hice con mi hija Carolina Moroder,  aquí, en California, en su casa. Te cuento que tengo inédito un reportaje gráfico que le hicimos a Fernando Alegría en su casa de Stanford, Carolina y yo. Es precioso, lo tengo que buscar y dárselo a Carolina, porque yo estas cosas las pierdo. También tengo gran aprecio a la memorable entrevista que le hice a la Dra. Rima de Vallbona, académica, escritora, poeta, dramaturga y gran mujer de letras, nacida en Costa Rica. Soy muy amiga de ella y quiero hacerle un libro con una larga entrevista. Lo tenemos planeado junto con Carolina, pero nunca tenemos tiempo ninguna de las tres para ponernos de acuerdo. Rima vive en Houston y nosotras en California.
Fue impactante hacerle una larga entrevista a Isabel Allende, en Corte Madera, California en donde la adoran… Cuando fuimos con Carolina a entrevistarla, la encontramos muy pálida, desmaquillada y con olor a remedios. Nos abrazamos emotivamente y nos dijo ‘les concedo la entrevista, pero por favor, no la publiquen todavía…’ y nos contó la tragedia que vivía con su hija que en ese momento aún estaba en coma. De esta entrevista nació un cuento que le dediqué a Isabel, que se titula “El Crepúsculo de las Diosas”, quizá algún día te lo entregue para que lo publiquemos en mi blog. Se lo envié por correo. No lo aceptó. Me envió una tarjeta realizada por sus propias manos, muy bella, estilo ‘Bordadoras de Isla Negra’, en la que me da las gracias y no acepta el cuento, me lo envía de vuelta. La entendí, así como Carolina y yo entendimos que nos dio la entrevista, pero que nos pidió que  no la publicáramos en ese momento. Ahí está guardada y no se ha publicado jamás… 
No tengo guardadas las entrevistas publicadas, ni tengo idea cuándo las hice, ni dónde las publiqué…voy al grano como los pollos, a nivel de periodismo…sólo hago, publico y punto. He entrevistado y publicado a casi todos los autores  del boom latinoamericano. Te podría contar anécdotas muy simpáticas con ellos, ya que como soy distraída e inocente como yo sola, me pasa cada cosa…como me pasó con el mexicano Carlos Fuentes, aquí en California, cuando lo entrevisté. Largo de contarte lo que me sucedió con Fuentes y largo de contarte cuánta gente interesante he entrevistado en mi vida de periodista. No sólo en las artes, sino que a presidentes, médicos, ingenieros, ingenieras, arquitectos, senadores, senadoras, diputadas, diputados…de todo y de todas… a una ladrona muy especial y a una prostituta bella y elegante como ella sola, Fabiola Monti, además de tener gran clase, aún practicando la profesión más antigua del mundo. Ni te hubieras imaginado a lo que se dedicaba si la hubieras conocido. Y por último una entrevista de una sola pregunta al Juez Baltasar Garzón, cuando vino a la Universidad de Stanford a dar una conferencia y…él hablo sobre Chile y Pinochet, el auditorio estaba repleto de gente y de muchos chilenos. Me di por conforme con hacerle una pregunta porque me comentó que no podía dar entrevistas, era un compromiso con quienes lo habían traído a la mencionada universidad. Le hice una pregunta…me miró, se río y me contestó…estimo que ‘esta entrevista’ es la más importante de mi vida y la más corta….

¿Piensas publicar un libro con tus mejores entrevistas, críticas teatrales y artículos?
Cuando me vine de Venezuela, tenía en mi escritorio un manuscrito ya terminado con mis críticas teatrales de un par de años, otro con críticas de Artes Plásticas y otro de Literatura… todo estaba planificado para Venezuela, así es que todo quedó allí, en el escritorio de mi casa. Vivía en Cumbres de Curumo en esa época y no pensaba quedarme en Estados Unidos. Pero la vida es curiosa y me quedé ese diciembre aquí…también tenía planeado el libro de entrevistas a personajes interesante. Conocí a muchos judíos y judías importantes a través de mi trabajo en las ‘Paginas Culturales de El Universal’ con la ‘Semana Sefaradita’. Sofía Imber, la directora, me encargaba a mí las entrevistas a los invitados a Venezuela, que venían a esta semana tan interesante de los judíos españoles. Pienso que la ‘Semana Sefaradita,’ sólo se ha llevado a cabo en Venezuela. Poco se sabe de los judíos españoles en Latinoamérica en general, al menos no como se celebraba en Caracas.
Mi columna, El mundo a través de sus protagonistas, que se publicaba en la revista Estampas de El Universal, sería igualmente un libro muy interesante. La directora de la revista, Sylvia Benzaquén, le había pedido a Omar Mouzakis, crítico de cine del encartado, que le buscara una periodista tipo ´ratón de biblioteca’, para que escribiera una columna con personajes importantes del mundo, pero en tono morboso y sensacionalista…tuve mucho éxito con esta columna, me llegaban cartas y me llamaban por teléfono para felicitarme o preguntarme cosas sobre los invitados que había publicado el domingo. Creo que tengo dos columnas guardadas, si las tengo te las enviaré. Todos los periodistas tendríamos muchos libros que publicar sobre nuestras entrevistas, siempre hay una anécdota que contar sobre o con los entrevistados.


“Las voces de los seres queridos de los desaparecidos fueron tan fuertes

 que no pudimos hacer una simple biografía de cada uno”




¿Qué te llevó a escribir  “Londres 38, Londres 2000”, co-escrito con tu hija Carolina Moroder, libro en el que entrevistas a familiares de detenidos-desaparecidos durante la dictadura de Pinochet?

Viví en Chile, en Santiago, entre 1996 y 1999 y en la SECh (Sociedad de Escritores de Chile) de la capital, presenté mi novela Cena con un Perro Rojo.  Un amigo editor, cuando leyó el manuscrito, me pregunto si conocía a Rita Ramírez de García, una mujer que escribió una carta publicada en la revista APSI, en relación a su hijo detenido desaparecido, al que buscaba. Me impactó tanto la carta que ella escribió, que le dediqué la novela. Mi amigo me dijo que podía hablar con ella, si conseguía el teléfono de la Organización de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Él no me dio bien el nombre de la organización, y cuando yo llamé a la Compañía de Teléfonos de Chile, consultando por el número y la organización, una maravillosa telefonista de quien por supuesto no sé el nombre, me orientó y me dio el número de teléfono de la organización que realmente se llama Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Llamé a Rita a la agrupación, y me dijeron que ella no trabajaba allí, pero que estaba su hija, Mireya García, por si quería hablar con ella. Le expliqué la razón por la cual llamaba a su madre. Las invité a la presentación del libro y un nutrido grupo de personas de esta organización fue al bautizo. En ese momento Pinochet estaba preso en Londres. También soy amiga del abogado y poeta Hernán Montealegre Klener, quien fue preso por Pinochet y había sido Cónsul de Chile en Londres, Inglaterra. Él era el único experto en Leyes Internacionales en ese momento que te menciono en Chile. La prensa, radio y TV a cada rato consultaban con Hernán los problemas legales de Pinochet, Garzón y Londres…y como Hernán Montealegre Klener fue el presentador de Cena con un Perro Rojo, la Casa del Escritor de la calle Simpsom 7, de Santiago, se llenó de gente.
Por parte de la SECh, el presentador fue Fernando Quilodrán, poeta muy conocido y  Presidente de la SECh ese año. Al terminar el evento, conocí a Rita y a Mireya y a otras mujeres más de la organización. Quedé en donarles 30 libros para la agrupación y así me puse de acuerdo con Mireya para ir a la casa de la agrupación a llevarle los libros al otro día. Ella llegó tarde a la reunión, por lo que  tuve tiempo para conocer por dentro la casa de la AFDD y vi un mural que me impactó, con las fotos de todos los detenidos desaparecidos, incluso niños y bebés. Hay más de 3000 fotos. Me impactó tanto el mural, que decidí escribir un libro con las biografías de algunos casos y le pedí ayuda a Mireya. Ella fue quien mientras conversábamos de su vida como detenida, de su padre y de su hermano detenido desaparecido, que entre conversación y tristeza me iba contando la historia de las mujeres que iban llegando y llegando a trabajar o a pedir datos y Mireya fue seleccionando y conversándome sobre las personas que debían ser entrevistadas y por qué. De este modo nació el libro.
No se pudo entrevistar a todas las personas porque o no estaban en el país o no querían ser entrevistadas. Conversé con Carolina, mi hija, sobre el formato del libro y nos decidimos por biografías noveladas…pero no fue posible. Las voces de los seres queridos de los desaparecidos fueron tan fuertes que no pudimos hacer una simple biografía de cada uno. Nos anularon como escritoras, nos dejaron sólo la voz de periodistas y así nació el libro de periodismo testimonio, sobre Derechos Humanos y Memoria Histórica.
Tardé cinco años en desgrabar todas las entrevistas. Cada noche, al desgrabar una entrevista, era tan fuerte lo que escuchaba decir a las mujeres sobre sus parientes, pues la mayoría son mujeres, que lloré y lloré y lloré, yo que no lloro nunca por ningún motivo. Tenía que detenerme tiempos largos antes de continuar desgrabando y organizando las entrevistas. Así terminé mi trabajo y se lo pasé a Lola, o sea a Carolina… A ella le pasó otro tanto, ya que tenía como yo, que escuchar la entrevista y cotejar si texto y voz coincidían…lloró y lloró como yo y me dijo ‘No sabes lo que he sufrido con este trabajo periodístico, como nunca en mi vida’. Y de este modo también tenemos los cassettes con las entrevistas como Memoria Histórica que aún están en nuestras manos y que prometimos enviar al Museo de los Derechos Humanos y la Memoria Histórica en donde también está el libro Londres 38, Londres 2000.

¿Qué fue lo más difícil de ese libro?

Todo. Tanto a mi hija como a mí nos costó mucho escribirlo. Por los sentimientos dolorosos de todos los entrevistados. Por el drama familiar de cada detenido-desaparecido y por nosotras mismas, ya que los sentimientos de los entrevistados, con cada palabra, cada acento y suspiro, nos rompían el alma y el corazón.

Lo presentaste en la Universidad de Stanford, ¿cómo fue esa experiencia?

Interesante, pero no es el primer libro que presento en esta prestigiosa universidad. Anteriormente presenté Cena con un Perro Rojo y me fue estupendo también. Van en general los estudiantes y hacen preguntas interesantes en el foro abierto. Eso enriquece la presentación y en especial a quien escribió el libro o como en Londres 38, a quienes escribimos el libro y también al público presente.

¿Qué te llevó a fundar y dirigir la web cultural y bilingüe La Prensa/The Press?
La Prensa/ThePress es un journal bilingüe que -como todo periódico impreso- tiene páginas culturales. No es una web cultural. También tiene mucho de DD HH y en especial sobre los derechos humanos de los periodistas y escritores del mundo a través de IFEX y de Reporteros sin Fronteras. LPTP se inició como un periódico impreso, con un tiraje de diez mil ejemplares y cuya distribución en el Área de la Bahía de San Francisco, la hacían dos mujeres que también nos vendían la publicidad. Ellas eran una empresa pequeña de dos amigas; una era española y la otra mexicana. Nos encantaban estas dos mujeres tan pujantes en un trabajo más bien de machos…ellas son y eran divinas. Pero Carolina, mi hija y yo, veníamos ya de Daniela WebPress,  que era un journal también bilingüe, castellano-inglés y feminista. Ahí descubrimos el periodismo alternativo y es impresionante lo que encontramos en esa época. Fuimos pioneras en la Internet como periódico feminista bilingüe, castellano-inglés. Nos fue regio y asesoramos a muchas otras revistas que nacieron en la WEB. Ahora es para todo el mundo, no tiene importancia, ya ni es periodismo.
LPTP nació porque por enfermedad de una de las directivas tuvimos que cerrar LPTP impresa. Luego el entusiasmo desapareció para una de las socias, pero no para mí  y un día, un amigo periodista que vive en la zona de mi pueblito, me aconsejó abrir el journal en la Internet, con este otro formato que es mucho más sencillo que la WEB que fue Daniela WebPress. Ahora estamos trabajando para abrir LPTP con un formato más cónsono con la tecnología de primera generación en relación de lo que estábamos usando hasta hace poco. Todos los días tenemos nuevos tecnicismos a nuestro alcance. Y de este modo nació no sólo La Prensa/The Press, sino que Daniela WebPress, que es una historia larga de contar y bien sabrosa. Digo, yo, será para otra entrevista….

Puedes contarla ahora si quieres, tenemos tiempo y espacio y hasta un rico tecito de hierbas para las dos si dejamos correr la imaginación y nos olvidamos de la distancia física que nos separa.  (Pero Sonia no tenía tiempo para responder nuevas preguntas, ¡faltaban tantas! Y tiempo es lo que no le sobra a Sonia, que siempre está haciendo un millón de cosas al mismo tiempo y todas las hace magníficas).  También diriges el Celcit del Norte de California y eres la directora del SELC y CII (Sociedad de Escritores Latinoamericanos de California y Capítulo Internacional en Internet), ¿de dónde sacas tiempo para hacer tantas cosas?

No sé. Quizá soy organizada, quizá porque escribo de noche, hasta las tres de la madrugada, no importan los domingos ni festivos. Estimo que podría hacer mucho más y mejor…soy muy vaga, distraída y dormilona en las mañanas. Me levanto relativamente temprano solamente porque me tengo que inyectar insulina, de lo contrario, dormiría hasta más tarde. Y adoro escribir hasta la madrugada y luego leer…o tejer. Estimo que lo más importante es que soy organizada y termino mis trabajos, aunque a veces, como esta entrevista, la dilaaaaaaaaaaaaaaaatoooooooooooooo mucho. Pero aquí está…

Y valió la pena esperarte porque hasta ahora me has regalado un montón de tesoros, maravillosos como los tesoros de los cuentos infantiles, pero en tu caso, reales. Sonia, si se te concediera un deseo como escritora, ¿qué pedirías?

El Premio Príncipe de Asturias primero y luego el Premio Nobel… en ese orden y por supuesto, luego de tener estos premios, quizá en Chile me den el Premio Nacional…no debemos olvidar que me has dicho “si me concedieran un deseo…”

¿A qué escritora y escritor admiras?

A Simonne de Beauvoir, gracias a ella me atreví a escribir, luego de leer en mi juventud Memorias de una joven formal. Antes soñaba con escribir y de hecho escribía, pero pensaba seriamente que sólo escribiendo como Sartre o Camus era posible escribir y publicar. Por eso, cuando leí a Simonne con su libro, sentí que teníamos cosas que decir las mujeres y a nuestra manera. Me liberé otra vez  de ‘los rizos’ y esta vez eran ‘rizos literarios’ impuestos por el pensamiento masculino. Seguro que fue la edad y el momento en que ella llegó a mi vida, porque he leído a muchas mujeres, muy, pero muy interesantes y de todas las nacionalidades. En cuanto a hombres…Mario Vargas Llosa, a él también lo he entrevistado y he estado en sus ruedas de prensa, pero es mi escritor predilecto junto con Borges, a quien entrevisté también. Admiro a muchos otros y otras de diferentes nacionalidades, larga lista por escribirte…y no me olvido de mi real predilecta, la salvadoreñaClaudia Lars. Mi madre me regaló mi primer libro de poemas a los cinco años, Escuela de Pájaros, escrito por ella. Desde entonces es mi predilecta profunda y de corazón. Ahora tengo una lista más intelectual y madura de diversas nacionalidades pero como primer impacto en mi vida ellas…y ellos… 


“Pero yo quiero matar a mi General. Tengo derecho a mi fantasía.

Tengo derecho a no perdonar. Tengo derecho a no olvidar.

Tengo derecho al amor. Tengo derecho a volver…”



¿Te interesan los premios?

Sí, los honorarios y los con metálicos. De hecho, tengo uno que ni me imaginé ganar. El Premio “Letras de Oro” de la Universidad de Miami y el Ministerio de Cultura de España, por mi novela Cena con un Perro Rojo.

 ¿Crees en los concursos literarios?

Sí, me gané el premio arriba mencionado entre 400 novelas que se enviaron en el año 1996 a concursar. El premio me lo otorgó un jurado de diez académicos de literatura latinoamericana de las universidades estadounidenses. No tengo idea quiénes fueron esas personas. Del concurso nos enviaron una carta disculpándose por retrasar la fecha del concurso, pero ese año participaron, como dije más arriba, solo en el género novela, que es el género donde concursé, 400 novelas…No me lo esperaba…sí, creo que hay premios serios como editoriales serias.

¿Cómo era tu familia?

Como yo, energética, contenta, alegre y creativa, siempre haciendo cosas intelectuales y también con las manos. Me gusta tejer a palillo, a crochet, hasta hago cuadros tejidos a crochet y a palillo. Me gusta cocinar y escribo un libro de tejidos y otro de cocina. La cocina de mis amigas y el otro, Cantar y tejer… En mi familia casi todos tienen bellas voces, sólo mi madre y yo carecemos de voces privilegiadas, pero soy muy entonada…no canto tan mal en la ducha… Somos mandones y organizados todos y todas. Mis primas o sobrinas en Argentina tienen una fábrica de cerámicas bellísima. En Rancagua, Chile, una prima tiene una Escuela de Arte y Manualidades, que por cierto con el último terremoto y maremoto, se vino al suelo porque estaba en el Casco Histórico de la Ciudad. Otra sobrina hace mermeladas y las vende como loca; la de más allá es diseñadora de ropa y un primo que también hace diseños de vestuario y tiene varias boutiques. Además tengo una prima que tiene crianza de perros finos en Chile y un sobrino que tiene crianza de mastines en Suecia y los vende también muy bien, vive de eso. Como los Parra o los De Rokha, en Chile, mi familia es de artistas de alguna manera y de empresarios. Mi nieta Gabriela, cantautora que aún está en el colegio, ya tiene dos CD grabados. Son un par de álbumes preciosos con sus canciones que las empezó a escribir como a los trece años. Termina pronto el colegio y se va a estudiar a McNally-Smith (una universidad que se especializa en Música) composición, así como varios instrumentos. El estilo de Gaby es Country Rock y Pop. Todos mis nietos y nietas tienen tendencias artísticas y escriben todos bien. Gabriela ya tiene más de 200 poemas escritos y mi madre dejó 1000 poemas de su autoría. El último que escribió antes de su Alzheimer, se titula El traje de novia, el tema es la vejez y cómo ella siente que se le deteriora el cerebro, cómo lentamente le entran el olvido y la locura…la entrevisté a los 90 años y me recitó completo el poema de Edgard Allan Poe  El cuervo, y muchos otros poemas. Me habló de poesía como si en su cabeza jamás el olvido y la locura hubieran estado presentes. Es el terrible castigo del Mal de Alzheimer. Hablarte de mi familia, es escribir otro libro más y de mi madre en especial…varios. Fue una gran poeta y gran entrepreneur, tuvo industrias grandes en una época en donde las mujeres sólo tocaban el piano o hacían tortas…

 ¿A qué edad comenzaste a escribir?

Desde que aprendí a leer y a escribir…le escribí muchos poemas a mi abuelo materno cuando era chica. Él era alguien especial en mi vida y lo es aún hoy. Siempre escribí y escribí de todo. En esa época, mi meta no era ser periodista, sino que ´diarera´ y vender diarios en la calle. En una esquina cualquiera y que los automovilistas y transeúntes me compraran los diarios y revistas…siempre me fascinó tener comunicación y contacto con el público, con otras personas.

 ¿Narrativa, cuento, poesía, teatro?

Escribo todos los géneros incluyendo el erótico, como la novela Las Pesadillas de Valeriana o los cuentos, Eróticas y Erotómanas, cuentos del Erotismo Femenino y el periodismo… y en periodismo también escribo diversos estilos, como testimonio o periodismo científico, cultural, político…entrevistas, ensayos, investigaciones….

¿A qué edad publicaste por primera vez?

Depende… a mi madre se le ocurrió publicar los ‘poemas’ que yo le decía cuando era niña y no sabía escribir ni leer;  luego ya publiqué yo de adulta…incluso libros que ya no existen. Tengo publicados cuentos, novelas, ensayos, poesía, poesía de niños y he escrito todos los géneros. Sueño siempre con escribir, leer, bailar, tejer, pintar, cocinar, dormir y como Roberto Carlos, quiero tener un millón de amigos…

Ya casi que los tienes, querida amiga, y te adoran como yo. Sonia, hemos  hablado de casi todo y sin embargo… ¡falta casi tanto! Es tan maravilloso escucharte que podría escribir un libro de tres mil páginas con tus historias de vida. Sería un libro maravilloso y tal vez, quien sabe, algún día no muy lejano lo escribamos, juntas. Ahora para terminar quiero preguntarte por la muerte.
                                                                         
A propósito de muerte, a mi muerte, quiero ser amortajada con una simple sábana de tela burda y sencilla. Que me pongan en un ataúd de cartón y que me quemen. Mis cenizas deseo que las esparzan en el Pacifico Norte en Carmel o en Half Moon Bay, playas a las que voy seguido, la última está como a 20 minutos de mi casa. Deseo estar en el Océano Pacífico Norte porque en Viña del Mar, en el Pacífico Sur, danzan las cenizas de mi madre, quizá de este modo alguna partícula de ella y mía alguna vez se unan.



Silicon Valley 
24 de mayo de 2013


Me considero a estas alturas de mi vida, con todo lo que he viajado y vivido por aquí y por allí, ciudadana del mundo, ni más ni menos.
Vivo en un país de emigrantes, en donde lo que más odio, es cuando me preguntan, “Where are you from?”. En donde las fronteras son importantes quizá más que en otros países. En donde es importante de dónde vienes tú. Como no me gusta este interrogatorio que te hacen, he decidido ser ‘ciudadana del mundo’ y parecerme a esos ‘gansos canadienses’ que cada año emigran desde el Canadá para vivir en California. En mi caso, ellos viven en cuatro lagunas que hay al frente de mi casa, adonde voy habitualmente a caminar unos cuatro kilómetros diarios. Me gusta ver a esos gansos en ese ‘Santuario de Pájaros Salvajes’ que me hace sentir que vivo en un lugar muy agreste y bello. El silencio impera… Estos gansos se contonean con toda tranquilidad entre mis piernas, mientras yo camino entre ellos o con ellos. Hay cientos y se ven diferentes a los pájaros nativos, a los oriundos de California. En este hermoso parque de pájaros salvajes, ves otro tipo de animales en estado salvaje y no te molestan ni tú a ellos. La flora también es salvaje, aunque tiene sus cuidados. En especial te piden que no alimentes a los pájaros. Nunca te cruzas con nadie caminando aunque hay guardias tanto a caballo como en camionetas, que cuidan que todo esté en orden. No los ves; de cuando en cuando, a veces te cruzas con ellos, pero lo normal es que estén como invisibles. Hay una casa-oficina y allí ves las camionetas; los caballos no sé dónde los guardan, porque no he visto caballerizas. Es un lugar agreste, que está abierto todos los días desde las cinco de la mañana hasta las siete de la tarde. Hay una zona de baños, los que están limpios…también tienes fuentes de agua fresca para beber si es el caso. Puedes pasear con tus perros siempre que los lleves con traíllas y para ellos también hay agua. Y por supuesto, hay  unos pequeños postes en donde encuentras bolsas plásticas negras por si a tu perro se le ocurre hacer algo más que pipí…todo cuidadito. Da gusto caminar por estos lagos, que creo que este santuario de pájaros salvajes se llama Lago Lake… Cuando camino por estas lagunas, veo pescadores en la orilla del frente a la que yo camino. Puedes bajar hasta la orilla de las lagunas y compartir un poco con los gansos y otros pájaros que están nadando y tienes de cuando en cuando, unos bancos para sentarte. Esto, aunque no lo creas, es muy concurrido pero es raro cruzarte con alguien. También hay una zona donde puedes hacer picnic, tienes que pedir permiso por adelantado para ello y pagar una cierta cantidad por usar las mesas, los quitasoles y las parrillas. Esto está alejadito de donde se camina. En estas zonas para caminar yo hago a veces yoga frente a la laguna que más me gusta y en los bancos hago gimnasia. Ahora soy de este país y así reza en mi pasaporte… soy estadounidense; ahora,  si te cuento de mi origen, bueno, soy sefaradita por vientre materno…



"Le he pedido a mi profe de Danzas Orientales que a mi muerte no 
me vayan a llorar
 ni a realizar grandes discursos, recordándome, 
quiero que me vayan a bailar y a tocar los zills o chinchines, 
para poder morir con alegría como soy yo"

Sonia, Sonia es mi nombre y así me gusta que me llames, lo demás son papeles académicos burocráticos que con mi eterna viajadera, he estudiado muchas cosas en muchos países, que ya perdí el norte de lo que soy…Digamos que Soy la que soy. Tengo un lindo curriculum académico, pero también estoy logrando a mi edad -a mis Años Dorados o de Platino- un nutrido curriculum como bailarina de Danzas Orientales  y otras danzas. Me fascina bailar y como no lo pude hacer de chica, porque me casé muy joven, tuve tres hijos y luego viajé de aquí para allá con mi esposo… nos agarró el Golpe de Estado de Pinochet y nos fuimos del país en forma definitiva. No me fui exiliada, me fui porque el entonces presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, contrató a mi esposo -que es Ingeniero de Transporte Urbano y Ferrocarriles- para la Construcción del ‘Metro de Caracas’. Nos fuimos con un contrato por dos años, que duró 17 años y aún sigo pegada a Venezuela a través de mis dos bellos nietos tropicales a los que adoro, Daniela Carolina y Juan Francisco. Soy venezolana de corazón. Le debo mucho a Venezuela en lo personal; como profesional me abrió las puertas de todo, sin preguntarme nada. Me dio la oportunidad de ser la profesional que fui, por eso en agradecimiento a como este país se portó conmigo cuando viví allí, me siento venezolana de corazón y abuela de dos maravillosos seres venezolanos. Cuando hablo así de Venezuela, la gente cree que soy venezolana, pero no…soy la que soy, como en mi cuento del mismo nombre.
No puedo dejar de comentarte ‘ese otro curriculum’ que no es el que se espera de una periodista, escritora, profesora, crítica de varias materias, tallerista y qué sé yo que más…adoro mi curriculum de bailarina anciana. He aprendido bailes de los más diversos países del Medio Oriente, de África, Grecia, Persia, Líbano, Turquía, Egipto, Azerbaijan, bailes Persa Contemporáneo, Persa Clásico. Bailo con bastón-que por cierto, es un baile de hombres, adaptado por las mujeres- con velo, con espada en la cabeza, con cántaro, con fuego….bailo también con dos velos --es una belleza este estilo. Son dos medias lunas con las que juegas mientras bailas y no es nada de sencillo logarlo en forma perfecta. Bailo fusión Flamenco-Belly Dance, Afro Belly Boogie, Belly Dance Cuban Song, Cabaret y ahora estoy tratando de ‘inventar’ por mi cuenta, la Fusión Belly Dance-Rumba Catalana… Siempre adoré bailar, lo llevo en la sangre. Cuando llegué a Chile a los cinco añitos, a casa de mis abuelos maternos, que estaban radicados allí, mi abuela me empezó a llevar al cine todos los domingos a ver películas estadounidenses que estaban de moda en esa época, donde la protagonista era una bailarina del vientre…De este modo vi bailar y conocí a las mejores bailarinas de este estilo de los años 30, 40 y 50. Todas famosas hasta hoy. En 1954 vi bailar flamenco a Virgilio Azahara, con su Trío Azahara y me enamoré del estilo…mi madre dijo ‘no’, al colegio y punto’. Pero…tuvo que viajar a Buenos Aires por asuntos de negocios por un par de meses y una tía, hermana de mi madre, me llevó a la Academia de Bailes Flamencos y Folclore Español, Virgilio Azahara. Esta tía era casada, tenía una voz maravillosa, era soprano y había estudiado canto y piano de soltera…se casó y hasta ahí llegó su carrera de cantante de ópera…Ella, cuando supo que yo quería estudiar baile flamenco, me dijo ‘yo te llevo’ y no sólo me llevó a la academia, sino que antes me llevó a ver bailar al Trío Azahara… al año de estudiar Flamenco, Virgilio me ofreció bailar con él…Yo creí que era ‘bailar con él en la clase,’ ya que era parte del aprendizaje, pero no, era para ser parte de su Ballet Flamenco Virgilio Azahara. Fui su primera bailarina y mi éxito como profesional duró seis meses. Me casé y para poder bailar con Virgilio, como yo era menor de edad y me casé unos meses antes de cumplir contrato con el ‘Casino de Viña del Mar’ y luego con el ‘Salón Goyescas’ de Santiago, tuvo que firmar la autorización que en principio mi madre debía firmar, mi flamante esposo. Me casé un 31 de octubre de 1955 y el contrato que tenía firmado el Maestro Azahara era hasta diciembre de 1955…así es que me fui a Viña del Mar a cumplir contrato y también a vivir la hermosa Luna de Miel que me tocó por allí con el que aún es mi esposo. Luego de cumplir con mi contrato en Santiago y en el ‘Salón Goyescas’, no bailé nunca más…Hasta que aquí, mi endocrinólogo y mi nutricionista, me aconsejaron hacer un ejercicio más aeróbico que caminar, para mi diabetes, porque soy insulino-dependiente, desde hace algunos años… Y de este modo, cumplí el sueño de mi vida: ser bailarina de Danzas Orientales. Me inicié en esta disciplina a los 74 años, sin tener idea de cómo hacerlo y ahora bailo en diferentes restaurantes de San Francisco y sus alrededores, con mis profesoras y las demás alumnas. Soy la bisabuela de todas, pero feliz de cuerpo y alma. También practico ‘Zumba’ y Afro-Belly Boogie, que me fascina, pero mi sueño era la Danza del Vientre y sus agregados y con creces lo estoy cumpliendo….Es mi Sueño Americano cumplido.
He preparado una coreografía para un unipersonal, con Hala Fawzi. Ella nació en Alejandría, es ingeniera, además de bailarina, y el solo que preparamos se titula Melaya Laff,  un baile típico egipcio. La melaya es un manto negro que toda mujer egipcia usa y que la cubre de pies a cabeza. Este baile es el de la mujer feminista egipcia…me chifla esta danza, tiene algo de danza-teatro, quizás  por eso me gusta tanto.
Si no te hubiera escrito esto, no me sentiría que te estoy contestando con mi curriculum completo, aunque tendría que escribirte también sobre mi profesión como Diseñadora de Accesorios y Vestuario a Palillo y a Crochet. Así como estimo que nací de un verso o de un poema, así también pienso que nací con los palillos y el crochet como parte de mis extremidades superiores…es genético. Adoramos los textiles. Me fascina tejer y crear con fibras, las que sean. Hago cuadros de este modo, con todos los restos de lanas que me sobran de los diversos diseños que creo. Lo que sobra, Carolina lo usa para sus scrapbooks…reciclamos todo, como la Naturaleza.
La cocina, como alquimia, es parte también de mis creaciones porque me gusta crear recetas diferentes. Recetas de todo tipo, así como escribo todos los géneros, así cocino también. Me gusta usar los ingredientes que nos entrega la Naturaleza de Latinoamérica y estas recetas las pongo en mis novelas. Siempre tengo recetas probadas y tragos también de nuestro continente.
Adoro a los gatos y tengo una gata ‘indoor’ que se llama Simone de Beauvoir y doce “feral cats” en mi jardín. Estos no son gatos callejeros en los Estados Unidos, sino que gatos semi-salvajes. Ellos nacieron en mi jardín y yo alimenté y cuidé a sus abuelas primero, luego a sus madres y ahora a ellos. Son divinos. Comen lo mismo que Simone y cada uno tiene su nombre. Tienen comida, agua y sus camitas en mi jardín y una casita de perros para que en el invierno duerman en ella, pero no les gusta mucho. Se sienten atrapados y sin salida en esta casita. Me gustan mis gatos, los gatos en general. Adoro la Oda al Gato escrita por Pablo Neruda. 
Como puedes apreciar soy tan informal como cualquier californiana, adoro California, es el lugar que me gusta para vivir y para morir. A propósito de muerte, a mi muerte, quiero ser amortajada con una simple sábana de tela burda y sencilla. Que me pongan en un ataúd de cartón y que me quemen. Mis cenizas deseo que las esparzan en el Pacifico Norte en Carmel o en Half Moon Bay, playas a las que voy seguido, la última está como a 20 minutos de mi casa. Deseo estar en el Océano Pacífico Norte porque en Viña del Mar, en el Pacífico Sur, danzan las cenizas de mi madre, quizá de este modo alguna partícula de ella y mía alguna vez se unan. Será mucho más informal, como fue mi madre y como soy yo, que estar en el panteón familiar que compró mi abuelo, cuando murió mi bisabuela más conocida en mi familia, como la Abuela del Café…yo también debería tener ese mote por lo que me gusta el café, antes me tomaba más de un litro de café negro fuerte al día ahora sólo medio litro y sin cafeína... Le he pedido a mi profe de Danzas Orientales que a mi muerte no me vayan a llorar ni a realizar grandes discursos, recordándome, quiero que me vayan a bailar y a tocar los zills o chinchines, para poder morir con alegría como soy yo. Nací genéticamente contenta, alegre, que es bien diferente a estar contenta o alegre…soy la que soy…práctica, voy al grano como  los pollos, dura, soñadora, bailarina, escritora, lectora, triste, callada, parlanchina, hedonista y trabajadora, controversial y muy digna de mi signo zodiacal, soy escorpión, amiga fiel de mis amigos y amigas. Y como Roberto Carlos, quiero tener un millón de amigos…quizá lo consiga en Facebook en donde me encuentras todas las noches de California…adoro las redes sociales.

Silicon Valley
24 de mayo de 2013


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Sonia M. Martin Escritora (blog)