SONIA ZILZER en el libro ENTREVISTAS (2025) de Viviana Marcela Iriart : “La memoria es el camino a la identidad”




 
Sonia Zilzer, socióloga caraqueña graduada en la UCAB, fue la Coordinadora del tercer volumen del libro Exilio a la Vida  publicado en 2011. Gerente de Cultura de la  Unión Israelita de Caracas, institución que editó los tres libros, trabajó varios años en Ginebra en el CIM (Comité Intergubernamental para las Migraciones, hoy  OIM).



¿Qué es Exilio a la Vida?
Es un proyecto de memoria histórica para resguardar el  testimonio de sobrevivientes de la Shoa que viven en Venezuela, que se concretó en la publicación de tres libros. Este proyecto surgió  en el año 2004 aproximadamente, en la Comisión de Cultura de la Unión Israelita de Caracas, dirigida entonces por Dita Cohén, Marianne Beker  y Rebeca Lustgarten, quienes  estaban  desarrollando el proyecto de  historia oral, donde  se grabaron en video más de 300 entrevistas a fundadores y activistas de la comunidad judía de Venezuela. Con esa información, la recolección de documentos y fotografías se produjo el documental Valió la Pena, dirigido por Henry Grunberg, con  guión de Néstor Garrido y Lilian Rotter, que cuenta el surgimiento de la comunidad askenazí en el país.
Los entrevistadores del proyecto también habían participado en el proyecto de la Shoah Visual History Foundation, creado por Steven Spilberg  después de la filmación de La Lista de Schindler, que consistía en recolectar en video los testimonios de los sobrevivientes de la Shoah alrededor del mundo. 

¿Cuántas entrevistas  realizó la Shoah Fundation en Venezuela?
Alrededor de 300.  Y partiendo de esos testimonios se  decidió realizar el libro. Se pidió autorización a la Fundación, se transcribieron y luego Jacqueline Goldberg, escritora altamente reconocida, los editó y convirtió en relatos.


¿Cómo surgió la idea de publicar en un libro los testimonios de las víctimas del Holocausto que viven en Venezuela?
Era un paso obligado asegurar que la historia de la Shoah quedara en resguardo y pudiera transmitirse de la forma más directa a las siguientes generaciones. La memoria es el camino a la identidad, nos permite vincularnos con el pasado, aprender de él y seguir adelante construyendo y asegurando nuestros valores.
La  recolección de los testimonios ofrece muchos aportes, primero el  que mencioné antes, pero también permite al lector establecer una comunicación directa, vivencial con el sobreviviente; quedamos identificados con su historia, sabemos quien es, de donde vino y como se salvó. Es una forma de apropiarse de esa historia, que nos invita a la reflexión; hace que surja el sentimiento de compasión, en su sentido más benévolo y profundo, y de esa forma  nos protege de la intolerancia.

(...)

Fragmento del libro ENTREVISTAS
Caracas, Agosto 2012





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