Cada vez que se agita la bandera del nacionalismo se entierra la bandera de la humanidad.
Argentina reclama la
devolución del “territorio argentino ocupado”[1] por Gran Bretaña en 1833,
las Malvinas-Falkland, argumentando que su ocupación es un acto de colonialismo y su devolución terminaría “con los últimos vestigios de colonialismo”.[2]
Dicho reclamo es apoyado por el Comité
de Descolonización de las Naciones Unidas, entre otros muchos organismos
internacionales.
Aplicando el mismo argumento,
Argentina entonces debería dejar de ser colonialista
y devolver los territorios de los
pueblos originarios invadidos por España, territorios sobre los cuales se
levanta la nación argentina y que los pueblos originarios reclaman desde hace
décadas.
Y entonces que el pueblo argentino
arme sus maletas y regrese a Europa y África, los continentes de sus ancestros.
O, si los pueblos originarios lo permitieran, sigan viviendo en los territorios devueltos sometiéndose a las leyes y autoridades de dichos
pueblos. Y que se olviden de su bandera, su himno, su lengua, su cultura.
Es lo que hizo España cuando
recuperó su territorio después de 700 años de ocupación mora.
Es lo que le hizo la
dictadura argentina al pueblo de las Malvinas-Falkland cuando les invadió en
1982 con el apoyo masivo, importante no olvidar, del pueblo argentino.
Pero si 522 años de invasión de los territorios de los pueblos originarios le dan al pueblo argentino el derecho a vivir en esas tierras y considerarse dueño de las mismas, y no colonizadores, ¿por qué motivo el
pueblo de las Malvinas-Falkland no tiene el mismo derecho después de
casi 200 años de invasión de las
islas que habían sido invadidas por España?
Lamento profundamente la
muerte de los soldados argentinos, jóvenes
conscriptos de 18 y 20 años obligados por la dictadura a ir a la guerra.
Lamento profundamente las
heridas físicas y psicológicas de los jóvenes conscriptos que sobrevivieron.
Ellos no son solamente ex combatientes, son también ex víctimas de la dictadura que en 1982,
en apenas 6 años, ya había detenido-desaparecido
30.000 personas, incluidos bebés nacidos en cautiverio, en 340 campos de
exterminio en toda Argentina.
Contradictoriamente, desde
mi punto de vista, todos los 24 de marzo se
condena lo que esa dictadura le hizo al pueblo argentino y el 2 de abril se celebra lo que esa dictadura le hizo
al pueblo de las Malvinas-Falkland. Cada vez que se agita la bandera del
nacionalismo se entierra la bandera de la humanidad.
Lamento el dolor, y tal vez
la rabia, que este artículo pueda causarle a los ex combatientes y desde ya les pido disculpas y les digo que por
ustedes siento un profundo respeto.
Pero no lamento que se haya
perdido la guerra. Porque el triunfo británico fue la derrota de la dictadura y
el triunfo de la democracia argentina.
Y tampoco lo lamento porque
mientras el estado argentino no le
devuelva a los pueblos originarios
sus territorios, su reclamo a Gran Bretaña de devolución de las Malvinas-Falkland no es más que el
reclamo de un ladrón a otro.
O de un colonizador a otro.
16 de abril de 2014
Fuente mapa: Chilealsegundo