"Mi dolor de exilio es tan grande que cubre todo mi cuerpo.

Muevo un dedo del pie y sufro".

Lejos de casa


No soy ni fui chavista ni castrista: amo la libertad, la justicia, la igualdad, la democracia por imperfecta que sea/ por Viviana Marcela Iriart, 25 de febrero de 2018











En los últimos tiempos diferentes medios digitales chavistas y castristas han publicado, sin mi autorización, el reportaje que le hice al escritor argentino antiimperialista Julio Cortázar, en 1979, en Caracas.

Como no puedo demandarles ni evitar que lo sigan haciendo, lo único que puedo hacer es decir públicamente: no soy ni fui chavista, madurista, castrista, comunista.

Nunca apoyé, ni apoyo, ninguna dictadura de izquierda o derecha;  ninguna democracia, gobierno,  grupo guerrillero o civil,  que viole los derechos humanos.

Soy una ex víctima de la última dictadura argentina, condenada al exilio a los 21 años por ser pacifista y editar una pequeña revista de cultura con aires de libertad: Machu Picchu.

Soy una argentina-venezolana autoexiliada en 2007 por rechazar la dictadura cívico-militar del comandante Chávez.

Fui miembro de la Junta Directiva de Amnistía Internacional Venezuela.
Miembro de la Junta Directiva de la Coordinadora Pro Derechos Humanos en Argentina, fundada por el exilio argentino en Caracas para denunciar los crímenes de la dictadura militar argentina y defender a sus víctimas.
Participé en el Primer Congreso de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de América Latina, realizado en enero de 1981 en Costa Rica, en representación de Amnistía Internacional Venezuela.
Participé y colaboraré en la organización del Segundo Congreso de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de América Latina, coordinado por la Fundación Fundalatin dirigida por el padre Juan Vives Suriá, en noviembre de 1981 en Caracas, en representación de Amnistía Internacional Venezuela.

Fui y soy una defensora de los Derechos Humanos.

Por eso me indigna, y me sorprende, que medios chavistas y castristas publiquen el reportaje que le hice a Cortázar, destacando mi nombre.

Porque yo todavía  quiero vivir Libre en un país Libre.
En una Democracia con Independencia de Poderes.
Sin gente Asesinada, Presa, Torturada, Exiliada, sólo por pensar diferente.
Un país sin  Gente Pobre ni Explotada.
Con Justicia Independiente.
Un país sin Terrorismo de Estado.
Con Igualdad de Derechos para Todas y Todos.
Un país sin grupos Paramilitares.
Con Libertad de Expresión.
Un país Sin Explotación ni Violencia Económica, Sexual, Doméstica, Infantil, Religiosa, Política, Laboral, Social, Educacional, etc. Para la gente nacida en Venezuela y para quienes elegimos Venezuela como nuestra patria.
Sin Machismo.
Sin Racismo.
Sin Antisemitismo.
Un país Con Igualdad de Derechos para Todas las Mujeres, independientemente del género con el que hayamos nacido.
Un país Con Igualdad de Derechos para la comunidad LGTBI.
Sin Xenofobia.
Con Hospitales y Escuelas Públicas que funcionen.
Sin Corrupción.
Sin gente Trabajadora  y Estudiantes viviendo en Barrios Marginales.
Un país donde el Estado, las Religiones y el Machismo nos devuelvan a las Mujeres Nuestros Cuerpos Expropiados. 
Sin Homofobia.
Un país donde el Estado deje de Perseguir y Encarcelar  a las Mujeres por querer ser Dueñas de Nuestros Cuerpos.
Sin Femicidios.
Sin Asesinatos.
Sin Violencia Civil.
Un Estado Laico.
Un país que devuelva sus Tierras a los Pueblos Originarios.
Un país con Amor y no con Odio.
Un país con Paz y en Paz.
Donde lo importante seamos los seres humanos y no el partido político de militancia.
Un país donde podamos vivir, convivir, respetarnos, aceptarnos, con nuestros acuerdos y diferencias.

Un país donde el Gobierno sea mi Empleado y no mi Dueño.

Por eso no soy ni fui chavista, madurista, castrista, comunista.

25 de febrero de 2018
Escritora

 Fotos: Eduardo Gamondés





 

 

 




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