"Mi dolor de exilio es tan grande que cubre todo mi cuerpo.

Muevo un dedo del pie y sufro".

Lejos de casa


Puerta abierta al Mar: Críticas





Rosalinda Serfaty y Fedra López.
Foto: Roland Streuli

Viviana Marcela Iriart se atrevió con Puerta abierta al mar a mostrar las cenizas de una relación peligrosa entre dos féminas separadas por una feroz dictadura y el desesperado reencuentro para recuperar el tiempo perdido (...).

© E.A.Moreno Uribe
El Mundo, Caracas, 5 de junio de 2007


Un interesante reto teatral es el que ha asumido Benjamín Cohen al liderizar la materialidad de tres estrenos casi de forma simultánea en los espacios de la Sala de Conciertos del Ateneo de Caracas. Una de estas escenificaciones que me tocó ver fue, Puerta abierta al mar. Texto poético, texto con una carga contra el olvido. Tras ello, un puntual discurso sobre el exilio y autoexilio debido a la ferocidad de los gobiernos de facto en los años de la dictadura argentina. Dos mujeres, dos amigas, Dunia y Sandra (caracterizadas de forma consistente por Fedra López y Rosalinda Serfaty) vuelven a verse tras años de separación y de ahí, rememorar sus vidas y las circunstancias que las marcó en lo personal y emocional. Montaje despojado de pretensiones y sustentado en la capacidad histriónica para recrear ese drama que en el fondo es simple: armar ese antiguo puente que las unía.

© Carlos E.Herrera
Vaya al Teatro, Venezuela, 2007
Magazine Digital,
Caracas, Venezuela,
18 abril de 2007


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