“En 1968 llegamos al Festival de Manizales (…) presentamos un espectáculo
llamado “La Querida Familia”, antología barroca de Ionesco y el jurado
integrado por Ernesto Sábato, Pablo Neruda, Jacques Lang, Miguel ÁngelAsturias, nos otorga un premio.” Carlos Giménez (entrevista)
¡Bravo, Carlos Giménez! Porqué creó el Festival Internacional de Teatro de Caracas (junto a la entrañable y talentosa MaríaTeresa Castillo); el IUDET (Instituto Universitario de Teatro), el Grupo Rajatabla, el Taller Nacional de Teatro (TNT), el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela (TNJV), el Centro de Directores para el Nuevo Teatro (CDNT), ASITEJ (Asociación Internacional de Teatro para la Juventud), Rajatabla Danza y, en Córdoba, el grupo El Juglar cuando todavía era adolescente.
¡Bravo, Carlos Giménez! Por hitos como “El Coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez, “Bolívar” y “La Muerte de García Lorca” de José Antonio Rial, “Martí, La Palabra” de Ethel Dahbar, “Señor Presidente” de Miguel Ángel Asturias, “Tu país está feliz” de Antonio Miranda, “El Campo” de Griselda Gambaro, “La señorita Julia” de Strindberg, “Peer Gynt” de Ibsen… Porque sus obras fueron ovacionadas en Europa, Estados Unidos y América Latina. Porque su talento como director y gerente cultural fue único, extraordinario, irrepetible en la escena latinoamericana.
¡Bravo, Carlos Giménez! Porque a los 19 años gana sus primeros premios internacionales en los festivales de teatro de Cracovia y Varsovia (Polonia), uno de ellos otorgado por el Instituto Internacional de Teatro-Unesco (ITI) y participa en el Primer Festival de Teatro de Nancy (Francia).
¡Bravo, Carlos Giménez! Porque a los 22 años recorre América Latina por tierra haciendo teatro para los mineros, los pescadores, los olvidados de la tierra y nunca dejó de hacerlo.
¡Bravo, Carlos Giménez! Porque fue generoso, amable, humilde y agradecido, aunque a veces la leyenda diga lo contrario. Un ser humano con todas las virtudes, defectos y contradicciones de los seres humanos.
¡Bravo, Carlos Giménez!
Porque fue un genio.
Y nos hace mucha falta.
“El público se quedó quieto, paralizado, esperando la reacción del escritor (García Márquez) y no aplaudió hasta que él se levantó aplaudiendo con las manos en alto”
¿En qué año y en qué
ciudad conociste a Carlos Giménez?
En el año 1987, en Caracas.
¿En qué circunstancias?
Entré
al Taller Nacional de Teatro de la
Fundación Rajatabla. Después de verlo subir como un huracán por las escaleras,
entrar en su oficina y revolucionar todo el edificio...salió y nos encontró en
el patio de entrada del edificio Rajatabla. Se detuvo en seco, se dio la vuelta
y nos dio la bienvenida.
¿Cómo era Carlos
entonces?
Carlos
siempre fue el mismo, por lo menos los años que tuve la dicha de trabajar con él. Era como un
niño. Como si siempre estuviera jugando a
algo. Siempre tenía algún proyecto en la cabeza y era feliz contándote sus
planes de nuevos montajes. Siempre fue muy estricto con el trabajo. He conocido a pocos artistas tan
comprometidos, puntuales y perfeccionistas.
¿Crees que Carlos
cambió cuando se hizo famoso y se
convirtió casi en el hombre más poderoso de la cultura venezolana?
Supongo
que cambió un poco, pero no en la esencia de lo que siempre había sido. El
poder quizás, le dio un acceso más fácil a conseguir lo que quería. Creo que
ese poder lo consiguió a base de mucho trabajo, esfuerzo y dedicación. Ese
poder que consiguió, en parte, también lo utilizó para ayudar a otros grupos y
a otros creadores.
Carlos era un hombre muy
generoso, de ayudar mucho a la gente tanto con dinero como con trabajo. En
general tenía un carácter apacible pero cuando se enojaba estallaba como un
volcán. Yo, que trabajé con él, lo
escuché gritar muchas veces pero nunca sin motivo. ¿Cómo fue tu relación con
él?
¡Ciertamente
gritaba un poco! Pero mirándolo en la distancia me doy cuenta que, casi
siempre, tenía algún motivo para hacerlo. El hecho de un actor llegara sin la
letra aprendida al ensayo... o que alguien se olvidara de alguna indicación que
él había dado o que alguien estuviera distraído en el ensayo eran los
detonantes más usuales. Carlos era muy pasional y se tomaba esas cosas de una
manera personal. Yo nunca tuve ningún problema serio con él. Teníamos una especie
de conexión especial. Alguna vez me gritó alguna barbaridad pero a los cinco
minutos me miraba risueño y me guiñaba el ojo. Creo que utilizaba esa técnica
para que el elenco se pusiera “las pilas”.
“El Coronel no tiene quien le escriba” se estrenó en el Festival de Spoleto,
Italia, con un éxito enorme. Pero su autor, Gabriel García Márquez no estaba allí. En
cambio en México sí. ¿Cómo fue
ese estreno sabiendo que el Premio Nobel
de Literatura estaba en la platea?
Fue
algo muy especial saber que Gabriel García Márquez estaba en el público.
Estábamos aterrorizados!!!! Al final de la obra, cuando todo el elenco tenía
que mover las paredes de "zink" hacia adelante, al proscenio, empujando
a Aura Rivas y a José "Pepe" Tejera casi hasta el borde para que la
mujer del Coronel le preguntara: "Y ahora...que comemos?" y él
rematara respondiendo: "Mierda!"...Todos!!!! Todos estábamos mirando
por los agujeritos de las chapas de metal "envejecidas" para poder
ver la cara de García Márquez. El público se quedó quieto, paralizado,
esperando la reacción del escritor y no aplaudió hasta que él se levantó
aplaudiendo con las manos en alto. Fue realmente increíble!
No podría decirte si sabíamos antes de empezar la función que él asistiría. Creo que sabíamos que estaba en DF pero no había seguridad de que asistiera. Y, no sé si mi memoria me falla un poco, creo que nos fuimos pasando el dato, de actor a actor, de que estaba en la sala, cuando nos encontrábamos detrás de las chapas-paredes. No se si la emoción de haberle conocido y saludado borró todo lo que pasó antes!!!
No podría decirte si sabíamos antes de empezar la función que él asistiría. Creo que sabíamos que estaba en DF pero no había seguridad de que asistiera. Y, no sé si mi memoria me falla un poco, creo que nos fuimos pasando el dato, de actor a actor, de que estaba en la sala, cuando nos encontrábamos detrás de las chapas-paredes. No se si la emoción de haberle conocido y saludado borró todo lo que pasó antes!!!
¿Carlos
estaba nervioso por la presencia de García Márquez?
Carlos
siempre estaba nervioso antes de un estreno!!!! Pero este era especial, sin
duda.
¿Qué
dijo García Márquez después del estreno?
García
Márquez bajó a los camerinos y nos saludó uno a uno. Iba sorprendiéndose con
cada uno y diciendo los nombres de los personajes a medida que salíamos de los
camerinos. Al final comentó de los personajes: "No los había conocido, los conocí ahora. Yo me imaginaba cómo eran, pero
nunca los había visto. Ahora los vi”. Imagínate como nos sentimos con esta
declaración. Estaba maravillado con Aura Rivas, con Pepe Tejera, con Aníbal Grunn. Con todos en realidad. Estábamos todos felices, incluido Gabo.
¿En cuáles obras
trabajaste con Carlos Giménez?
Cipango de José Antonio Rial
El Coronel no tiene
quien le escriba de
Gabriel Garcia Marquez.
La Tempestad de Shakespeare
Peer Gynt de
Henrik Ibsen
Fuenteovejuna de Lope de Vega
Oficina No 1 de Miguel Otero Silva
La Noche de los tiempos, de José Emilio Pacheco
Próspero, Memorias.
¿Cuál de sus obras de
teatro te impactó más? Por qué?
Particularmente
me impactó La Celestina, aunque yo no
participé en ese montaje. Era mágica y maravillosa la puesta en escena y las
actuaciones memorables. Alexander Milic no pudo estar mejor. Me impactó
muchísimo. Además yo empezaba mi relación con Rajatabla en aquel momento y
aquella obra me dio la señal de que estaba en el sitio apropiado.
No
puedo dejar a un lado “El Coronel...”. Participar en ese proyecto desde el
comienzo. Poder ver como todo aquello iba tomando forma y se convertía en una
obra maestra, fue excepcional. Y luego “Peer Gynt” que para todos, y
especialmente para mí, fue un reto monumental.
Todos
los montajes de Carlos en los que trabajé fueron maravillosos. Los procesos
eran tan creativos y aunque extenuantes en algunos casos, eran procesos
maravillosos todos. Muy al contrario de lo que la gente cree, Carlos era un
director que permitía que sus actores se involucraran de lleno en el proceso
creativo, que participaran y que propusieran constantemente. Era realmente enriquecedor
trabajar con Carlos y con el equipo maravilloso que tenía.
Recuerdo
que en “Peer Gynt” tenía algún problema para el final del segundo acto. Carlos
no encontraba la forma de cerrarlo adecuadamente y siempre nos decía que
nosotros, los actores, no estábamos dando lo que él buscaba. Un día improvisé
algo distinto para ese final y Carlos, como poseído por alguna fuerza sobrenatural,
saltó al escenario y me agarró la mano y empezó a darme indicaciones, corriendo
de un lado a otro de aquella rampa hasta que casi en un delirio dijo: “Y
entonces, aquí...se abre un hueco en el escenario y Aitor y Erich desaparecen
de la escena con un ascensor...”. Luego quedó como extenuado, nos miramos y nos pusimos a llorar. Fue uno de
los momentos más mágicos que viví con él.
¿Qué significó para ti
la muerte de Carlos?
Una
pérdida que no se podría llenar con nada ni con nadie. Sabíamos que estaba muy
mal y ese día teníamos función de “La Cándida Eréndira” que dirigió Raúl Brambilla. Estábamos en la Sala Anna Julia Rojas en el Ateneo y recuerdo que Germán Mendieta y yo nos fuimos a llorar juntos a las escaleras de caracol que están
al fondo del escenario. Ese día hicimos función y se la dedicamos, pero fue muy
difícil hacerla. Muy difícil ante
semejante pérdida.
¿Y para la cultura
venezolana?
La
cultura venezolana perdió a unos de sus grandes promotores y creo que ese vacío
se nota demasiado. Hay gente con muchas ganas de hacer cosas pero no ha llegado
nadie con la genialidad y el carácter de Carlos Giménez. Perdió a uno de sus
mejores artistas.
¿Qué es lo que más
valoras de su trabajo y de su persona?
El
respeto que tenía a esta profesión. Al arte en general y al teatro en particular.
Su capacidad de trabajar sin descanso y hacer que todos nos enamoráramos de sus
proyectos instantáneamente. Yo siempre digo con mucho orgullo que me formé en
Rajatabla, que allí aprendí todo lo que se de este oficio y que mi forma de
trabajar es como me enseñaron mis maestros allí. Rajatabla era Carlos Giménez y
yo siempre me he sentido de Rajatabla.
¿Quieres contarme alguna anécdota que hayas
vivido con él?
Recuerdo
una vez en el Delacorte Theater, en
New York, que a Carlos le acababan de hacer una entrevista para los medios de
allí e inmediatamente después nos reunió
a todo el elenco en el escenario, que era al aire libre, y empezó a gesticular
exageradamente y a corregir cosas de algunas escenas. Yo le dije: Pero Carlos
yo no estoy en esa escena y dijo,
después de guiñarme un ojo: “Es que están filmando a lo lejos y quiero que se
me vea con carácter...!!!”
Si Carlos pudiera
escucharte, ¿qué le dirías?
Que
lo quiero y lo extraño. Y que como me sucede con todos los que he querido
mucho, le dedico siempre algún momento del día.
Madrid-City Bell
22 de agosto de 2013
Fotos: Archivo Aitor Gaviria
AITOR GAVIRIA: Actor venezolano de teatro, cine y televisión, residenciado en Madrid. Actuó en más de 25 obras de teatro, 7 películas y 10 telenovelas. Ganador de los premios Nacional de Teatro Infantil y Marco Antonio Ettedgui (Venezuela). Participó en 19 festivales internacionales de teatro, entre ellos: New York Shakespeare Festival (Estados Unidos), Festival de Spoleto (Italia), Londres (Gran Bretaña), Manizales (Colombia), Madrid (España). Link: Aitor Gaviria
CARLOS GIMÉNEZ Y ALGUNAS DE SUS OBRAS EN FOTOS: ARCHIVO DE AITOR GAVIRIA
Aitor Gaviria y Erich Wildpret en "Peer Gynt" |
“…hasta que casi en un delirio dijo: “Y entonces, aquí...se abre un hueco en el escenario y Aitor y Erich desaparecen de la escena con un ascensor...”. Luego quedó como extenuado, nos miramos y nos pusimos a llorar”
Aitor Gaviria y Lito Fernández en "Peer Gynt" |
Aitor Gaviria, Germán Mendieta, Aníbal Grunn, Vito Lonardo y José Luis Montero en Peer Gynt |
Francis Rueda y Aitor Gaviria en "Mozart, el Angel Amadeus"
Aitor Gaviria, Alexander Milic y Vito Lonardo en "Fuenteovejuna"
Aitor Gaviria en "La Tempestad"
Links
Carlos Giménez por Norma Aleandro, actriz y directora, nominada al Oscar, ganadora del Golden Globe y del Festival de Cannes: "Es imposible no sentir la ausencia de un ser semejante, que ha dejado una huella imborrable en la cultura de un país y del mundo", Buenos Aires, 29 de agosto de 2013