Vargas Llosa y Els Joglars presentan con éxito sus obras en el Festival de Teatro de Caracas
Kathie y el hipopótamo, segunda obra teatral del novelista peruano Mario Vargas Llosa, y
el montaje de Olimpic man movement, por el grupo catalán Els Joglars, que
representa a España, se presentaron en la jornada inaugural del VI FestivalInternacional de Teatro de Caracas. Vargas Llosa asistió al estreno en compañía
del presidente venezolano, Luis Herrera Campins, y altas personalidades del
Consejo Nacional de la Cultura y el Ateneo de Caracas. La pieza de Vargas
Llosa, dirigida por Emilio Alfaro, interpretada por la compañía argentina de Norma Aleandro, y la obra, escrita y dirigida por Alberto Boadella, se
presentaron con gran éxito de público,
Realidad y ficción
En declaraciones a la
Prensa, Vargas Llosa dijo que Kathie y el hipopótamo, al igual que su primera obra teatral, La
señorita de Tacna, tiene como elemento básico la relación entre la
realidad y la ficción. La diferencia está en que en Kathie
y el hipopótamo se
halla presente el humor de manera muy especial e importante, y además en que
tiene una estructura mucho más libre. “Creo", dice el autor de La
tía Julia y el escribidor, "que
en Kathie y el hipopótamo se puede hablar de todo un espectro de
tonos: desde el truculento al farsesco, hasta el puramente imaginario y
delirante." Al referirse a sus actividades como novelista, señala que
actualmente se halla empeñado en preparar una nueva obra, ambientada en un
pequeño pueblo de Perú llamado Jauja. Plantea en esa novela un intento de
insurrección del pueblo, en un texto que tiene mucho de delirio, absurdo y
hasta idealismo, por lo que a su juicio podría ser una clave dentro de la
actual coyuntura político-social del continente.
Por su parte, los miembros
del grupo Els Joglars explicaron que su dinámica de trabajo parte de un gran
adiestramiento físico que permite la improvisación en torno a una idea. Olimpic Man
Movement constituye,
en este sentido, el tercer espectáculo de una trilogía integrada por M-7Catalonia y por Laetius.
Totalitarismos
La obra estrenada en el VI
Festival Internacional de Caracas es un espectáculo donde se presenta la
amenaza de los totalitarismos de una manera peculiar, rindiendo culto al
cuerpo, a la fuerza física, al dominio de los más fuertes. A juicio del diario
El Universal, no
hay duda de que el lenguaje teatral que vierten en las tablas y el trabajo de
búsqueda y objetivos que persiguen los convierten en un grupo de avanzada. Dentro
del movimiento teatral independiente de España, Els Joglars ha pasado a ser una
de las compañías más innovadoras y veteranas.
Para El Diario
de Caracas, Els
Joglars ha recorrido veinte años de búsqueda y desarrollo teatral propio, y se
ha situado en la punta de lanza del teatro catalán y español.
Agencia Efe
Caracas 27 de abril de 1983
Fuente: El País, Madrid
Nota del Blog: El Festival Internacional de Teatro de Caracas fue fundado por María Teresa Castillo y Carlos Giménez en 1971, siendo su presidenta y director general respectivamente.
Las dramaturgias latinoamericanas se presentan en el festival de Caracas
Estreno de obras de Mario Vargas Llosa y José Donoso
Los favorables comentarios
sobre el grupo Els Joglars y la controversia acerca de las diferentes
interpretaciones posibles de su montaje Olympic man movement coinciden con la
mitad del VI Festival Internacional de Teatro de Caracas, con un positivo
balance en cuanto a la variedad de las propuestas escénicas que ascendieron los
distintos escenarios de la ciudad, con una amplia representación
latinoamericana. El diario El Universal realizó una sintética valoración de
esta primera parte, donde afirmaba que "España ha recogido del público y
de la crítica los mejores comentarios".
Once grupos
latinoamericanos serán los que representen al teatro que actualmente se realiza
en el continente. La sesión inaugural correspondió a la compañía argentina de
Norma Aleandro, que puso en escena la obra de Vargas Llosa Kathie
y el hipopótamo ante
un público que acogió la pieza con cierta frialdad. La crítica, por su parte,
se ha mostrado dividida entre los que creen que tan excelente escritor está
comenzando a consolidar un teatro eminentemente latinoamericano y aquellos
otros que consideran mucho más renovadora su trayectoria narrativa. El propio
Vargas Llosa relata sus intenciones al concebir esta obra: "Esta es la
historia que protagonizan la esposa del banquero y el escribidor de la
buhardilla de Kathie y el hipopótamo. Cuando escribí la pieza, ni siquiera
sabía qué tema profundo eran las relaciones entre la vida y la ficción,
alquimia que me fascina porque lo entiendo menos cuanto más lo practico. Mi
intención era escribir una farsa, llevada hasta las puertas de la irrealidad
(pero no más allá, porque la total irrealidad es aburrida) a partir de una
situación que me rondaba: una señora que alquila, un polígrafo para que la
ayude a escribir un libro de aventuras".
La Candelaria de Bogotá
escogió para su presentación en el festival un tema español. Diálogos
del rebusque se
inspira en escritos de Quevedo y muy particularmente en una recreación en la
vida del Buscón, realizada por el
director del grupo, Santiago García.
La representación
venezolana hasta el momento, ha corrido a cargo de cuatro colectivos. Nuevo
Grupo, con la obra de Isaac Chocrón Simón, dirigida por José
Ignacio Cabrujas, cuya acción mantenida por dos únicos personajes, Bolívar y el
que será su maestro, Simón Rodríguez, transcurre en París entre 1804 y 1805. El
Teatro de Cámara de la Universidad de Carabobo nos ofreció la obra del
dramaturgo Roberto Santana La empresa perdona un momento de
locura, vitriólica sátira contra la manipulación científica del
trabajador.
Rajatabla y César Vallejo
Rajatabla, taller de
teatro del Ateneo de Caracas, presentó, en un sugestivo espacio escénico en el
que el público avanza y retrocede de la acción dramática por medio de un
dispositivo móvil, La Charité de Vallejo, de Larry Herrera, bajo la dirección de
Carlos Giménez, un texto que plantea una recreación poética de los últimos días
de César Vallejo en el hospital de la Charité. Posiblemente, uno de los
espectáculos más sugerentes, por la originalidad de su concepción, haya sido Traje
de etiqueta, de César
Chirinos, interpretado por la Sociedad Dramática de Aficionados de Maracaibo.
Veinticinco actores y treinta músicos representan para los cuarenta únicos
espectadores que tienen cabida de pie en una habitación de detonantes paredes
en la que se ofrece una fiesta ingenuista cargada de críticas hacia las
tradiciones locales.
El Taller de Teatro, de
Colombia, junto al Bread and Puppet, de Estados Unidos, han animado las plazas
de Caracas con sorprendentes montajes cargados de invitaciones a la
participación del ciudadano.
Ictus, uno de los grupos
de más larga trayectoria teatral en Chile, nos trajo Sueños
de mala muerte, de
José Donoso, y el propio colectivo. La obra constituye una pequeña epopeya de
la frustración cotidiana transmitida al espectador a través de la óptica, tal
vez única, con la que es posible plantear la resistencia teatral desde el
epicentro de la dictadura.
Publicaciones españolas
Organizada por el Centro
de Documentación Teatral, se abrió la exposición de libros y revistas sobre
temas relacionados con las escenas publicadas en España desde 1980 hasta la
fecha. En la muestra se encuentra representada la mayoría de los autores que
fueron objeto de alguna edición durante este período. En el apartado de las
publicaciones periódicas, el visitante puede conocer desde los Estudis escenics del Instituto del Teatro de Barcelona,
a los Cuadernos de Escola Dramática Galega, pasando por Atzerti, del País Vasco, y Primer acto
y Pipirijaina, de Madrid.
Todos los libros y revistas pueden ser consultados en el salón de lectura
instalado en uno de los edificios más frecuentados por los asistentes al
festival. Allí se ofrece a los visitantes todo tipo de información referente al
movimiento editorial español en materia de teatro.
Las dos colecciones de
aproximadamente 250 volúmenes que componen la exposición serán entregadas al
Ateneo de Caracas y al Centro Latinoamericano de Creación Teatral, con destino
a sus respectivas bibliotecas en nombre de los autores y editores españoles.
La exhibición de carteles
de teatro incluye ejemplares de montajes estrenados en el Estado español
durante las dos pasadas temporadas. Paralelamente a nuestra muestra se realizan
otras exposiciones internacionales, tales como la de Pinocho
y su imagen, 20 años de Schubune y El cartel teatral polaco como arte y
documentación.
Un capítulo importante de
este VI Festival han sido los talleres de iniciación teatral, los cuales se
iniciaron unas semanas antes de su inauguración y fueron dirigidos por
profesionales latinoamericanos de primera línea, tales como Osvaldo Dragún o
Nicolás Jair, entre otros.
Entre los próximos montajes figura el maratón de la Schubume con La
Orestiada.
©Luis Matilla
Caracas
El País, Madrid
3 de Mayo de 1983
Compañías de Italia, Alemania Occidental y Japón dominan en el Festival de Caracas
En la segunda parte del VI
Festival Internacional de Teatro Caracas 83 tres compañías han despertado de un
modo muy especial la atención del público: la Schaubuhne, de la República
Federal de Alemania; el Piccolo Teatro, de Milán, y el Kabuki, de Japón.
Paralelamente al festival y en el foro denominado Literatura y teatro en el que
participan 25 escritores, el dramaturgo español Alfonso Sastre ha presentado la
comunicación Teatro y lenguaje popular.
El Piccolo presentó su
espectáculo, especialmente remontado para la muestra, Arlequín
servidor de dos amos, de
Goldoni, bajo la dirección de Giorgio Strehler, e interpretado en su papel
principal por Ferrucio Solari, el mismo actor que tuvimos la suerte de ver en
Madrid hace algunos años. Strehler se refiere a su espléndido montaje con estas
palabras: "Este trabajo es un trabajo de hombres, hombres de teatro,
actores y no actores, quienes esconden su fatiga en la ligereza, en la sonrisa,
dando sentido a aquello que es la aventura del trabajo del hombre, del trabajo
hecho con las manos, con los gestos, con el cuerpo, con la voz, con todo su
ser".
Un estilo renovador
En opinión de Peter Stein,
director de la Schaubuhne, su montaje de La Orestiada jamás contó con un ámbito tan
impresionante como la concha acústica de Bello Monte. Se trata de un escenario
natural cercado por las paredes de la propia depresión del terreno, que brinda
al espectador una perfecta acústica reforzada en esta ocasión por decenas de
micrófonos fijos, y portados por los actores. El último día de actuación de la
compañía de la República Federal de Alemania, el público acudió a presenciar,
en una sola representación, las tres obras que componen la trilogía de Esquilo.
Abundantes meriendas y algún que otro cojín casero intentarían paliar el
apetito y la dureza del cemento durante las nueve horas que duró la
representación.
La Schaubuhne se fundó en
1962 por un grupo joven de teatro del Berlín Occidental. Tras su paso por
numerosos locales, la ciudad refraccionó para esta compañía un edificio de los
años veinte. El local actual cuenta con tres salas de paredes móviles
susceptibles de ser convertidas en una sola.
La ascensión de este
colectivo se produce cuando Peter Stein se une a los profesionales Edith
Clever, Bruno Ganz y Jutta Lampe, y según las declaraciones de este colectivo,
tratan de funcionar como equipo de investigación teatral.
La Orestiada se nos presenta como uno de los trabajos más elaborados y supuso
un largo proceso de indagación sobre los textos griegos. El mismo Peter Stein
relata: "Cuando nos encontrábamos cargados de datos-, cambiamos el
planteamiento de búsqueda y todos nuestros esfuerzos se dirigieron hacia la
pregunta: ¿qué sucedería hace 2.500 años? ¿Qué tipo de acción representaba
entonces la tragedia? ¿Qué elementos la componían? ¿Qué cosa son la tragedia,
la máscara? ¿Qué es la respiración? Terminamos por perdernos en las tinieblas
de la prehistoria del teatro. Pero nos fijamos con la cuestión del comienzo del
arte del actor, obstinándonos en preguntamos cómo en el panorama actual,
desolador, sobre todo en Alemania, donde asume aspectos más o menos de empleo
fijo, subvencionado, apresuradamente encasillado durante las horas de
actuación, en este oficio nuestro, decaído, puede quedar algo de rigor, de la
religiosidad, de la ritualidad, de la singularidad de la tragedia antigua. Y así
nació Ejercicios para actores, nuestro espectáculo
de estudio y preparación".
El invento de la política
En la conferencia de
Prensa celebrada en Caracas, Peter Stein resaltó la importancia del texto de La
Orestiada en el plano
político, ya que se trata de un discurso sobre el invento de la política, del
sentimiento democrático, de sus aspectos positivos y negativos en un discurso
mucho más incisivo que el realizado por algunas obras actuales. Para el
director alemán, lo importante de la trilogía de Esquilo es la vigencia de su
mensaje, expresada ante alguno de los presentes en el festival de esta forma:
"Cuando nos encontramos en nuestra sociedad con problemas, el hombre tiene
que hablar, convencer, seducir, con lo cual se trata de unir, fusionar lo nuevo
con lo viejo. Esquilo nos propone eso: que lo viejo que hay que superar se
incruste en lo nuevo. Será de allí de donde realmente surja la solución”. El
montaje de la Schaubuhne interesó en mayor medida a los profesionales del
teatro reunidos en Caracas que al público en general. El excesivo estatismo de
numerosos pasajes y la dificultad de comprender los diálogos, ofrecidos
íntegramente en alemán, produjeron un distanciamiento en la audiencia, la cual,
únicamente mediante la ayuda del programa, consiguió seguir la tragedia de
Orestes y de la Casa Real de Atreo.
Literatura y teatro
El Centro Latinoamericano
de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) organiza los eventos especiales
del festival, entre los que destacan el encuentro entre críticos y directores
de publicaciones teatrales latinoamericanas; las jornadas de trabajo para
directores y dramaturgos, y el foro: Literatura y teatro. En esta última actividad participan 25
escritores, entre los que se encuentran: José Donoso, Emilio Carballido, Mario
Vargas Llosa, Alfonso Sastre, Juan Carlos Gené, José Antonio Rial, Osvaldo
Dragún, Isaac Chocrón, etcétera. El objetivo fundamental de estas largas
sesiones es el de fomentar el debate entre los profesionales del teatro y la
literatura en un área común y central de sus procesos creativos: la
dramaturgia.
Sastre o el caos
Alfonso Sastre presentó
una comunicación bajo el título: Teatro y lenguaje popular. En su exposición amplió en gran medida
el tema propuesto. En una de, sus intervenciones fijó y asumió el papel del
escritor en esta sociedad como el organizador de un cierto orden dentro del caos.
Alfonso Sastre ha gozado durante su estancia en el festival de Caracas de una
gran atención por parte de la Prensa, ante la que no se ha mostrado
excesivamente optimista con respecto a la situación del teatro y la literatura
en España. Los que a lo largo de estas jornadas se interesaron vivamente por su
obra y sus trabajos futuros han venido a reconocer la valía de un dramaturgo
que todavía no ha visto normalizado el estreno de su teatro en nuestro país.
Luis Britto, escritor
venezolano y coordinador de los encuentros, consideraba que uno de los
resultados más positivos de estas jornadas estaba siendo el contraste entre las
diferentes formas de literatura y los problemas inherentes al paso de la novela
al teatro y de las dramatizaciones realizadas para televisión. En definitiva,
se ha tratado de explorar las fronteras entre los géneros literarios y la
dramaturgia.
Dos ejemplos diferentes de
abordar el hecho teatral lo constituyen las obras presentadas en este festival
de Vargas Llosa y Donoso; mientras Kathie
y el hipopótamo parte
de la individualidad creadora de su autor, en estrecho contacto con la que
habría de ser su intérprete, Norma Aleandro, Sueños de
mala muerte tiene su
origen en un cuento. José Donoso entrega la narración al grupo chileno Ictus, y
juntos trabajan la versión en un mutuo trasvase de aportaciones.
Hay que añadir que, ente
las numerosas ponencias debatidas destacan los siguientes temas: Vocación
narrativa y vocación dramática, alternativas, Individualidad y colectividad en
la creación narrativa y en el teatro y El teatro como hecho vivo y la
literatura como hecho reflexivo.
©Luis Matilla
Caracas
El País, Madrid
5 de Mayo de 1983
Fuente: El País,
Madrid
El Festival Internacional de Teatro de Caracas se clausura en un momento incierto de la cultura venezolana.
La
actuación de Els Joglars, uno de los principales acontecimientos del certamen
El VI Festival
Internacional de Teatro de Caracas ha cerrado las puertas de su más costosa
edición. A pesar de los esfuerzos realizados por su director, Carlos Giménez,
para lograr institucionalizar la muestra, existen numerosas opiniones que
cuestionan la posibilidad de que pueda repetirse un acontecimiento de esta
magnitud, debido a la crisis económica por la que atraviesa el país y a los
recortes presupuestarios que están incidiendo en todos los hechos culturales no
directamente relacionados con los programas elaborados con motivo de las
celebraciones del bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar.
Frente a los tres millones
de dólares (390.000 millones de pesetas) que el festival logró movilizar con la
ayuda de los Gobiernos que sufragaron el desplazamiento de sus compañías, los
organizadores del encuentro nacional de grupos pasan por serias dificultades para
reunir los 60.000 dólares (9 millones de pesetas) que constituyen el
presupuesto de organización. Hace pocos días, la asociación que agrupa a los
profesionales del teatro venezolano difundió una nota en la que criticaba las
líneas de la política cultural del Gobierno, al tiempo que se puntualizaban las
concretas reivindicaciones de la agrupación. Todas ellas se referían a la
especial gravedad en la que se encuentra el movimiento teatral nacional, que,
además de ser una de las áreas culturales más deprimidas, se enfrenta ahora a
la supresión y rebaja de las subvenciones, de por sí insuficientes, que se
conceden al teatro. Tal vez haya llegado el momento de la reflexión y de la
unidad. En opinión de algunos representativos escritores venezolanos, es
preciso buscar soluciones para una situación que puede llegar a ser inquietante
para la cultura nacional, y muy particularmente para el teatro. La existencia
del Festival Internacional de Caracas ha constituido un acontecimiento
importante para las gentes de teatro de este país, pero de poco servirán sus
beneficiosos efectos si las condiciones no mejoran y las ayudas estatales se
concentran en unos pocos. Resultaría paradójico que un Gobierno aborde la
financiación de un acontecimiento de esta magnitud si en su voluntad política
no late la firme decisión de favorecer sin exclusiones al teatro que se produce
en todo el país.
Els
Joglars
En estos momentos en los
que el público que abarrotó los diferentes espacios en los que tuvieron lugar
las representaciones del festival hace su particular balance de la edición
1983, el nombre de Els Joglars se encuentra en el recuerdo de la gran mayoría. Olympic
man movement ha sido
el espectáculo más sugerente y a la vez más inquietante de la muestra. De tal
forma las visiones contrapuestas siguen flotando en el ambiente que la Prensa
ha recogido alguna carta opinando sobre el montaje. Bajo el título Salí
con miedo, el Diario
de Caracas del día 5
insertaba la opinión de un lector, que en su último párrafo decía: "Soy un
claro partidario y simpatizante del grupo. Es más, la obra me parece de una
ironía y sutileza extraordinarias; pero volví a salir con el mismo miedo de la
sala de Madrid. El excesivo alarde de imágenes criticadas...
¿No podría, por mimetismo, producir en esas masas defraudadas,
alienadas, hastiadas, unos efectos y unos escapes contrarios a los
buscados?"
Tal vez esta visión no sea
fácilmente contrastable si cometemos la torpeza de aislarla de la actual
coyuntura venezolana.
La devaluación del
bolívar, con una elevación de más del 50% en el tipo de cambio del dólar, está
produciendo una paulatina degradación de las condiciones de vida del ciudadano
y una desconfianza en las posibles soluciones que a las crisis puedan ofrecer
los actuales políticos.
Frente a la inquietud y el
aumento de la inseguridad comienzan a surgir los nostálgicos del orden y el
puño de hierro. En las fachadas de los edificios y en las paredes de los
retretes públicos comenzaron a proliferar pintadas con un siniestro mensaje: Golpe,
ya.
El mejor
montaje
En parecida onda a la del
lector del Diario de Caracas se expresaba RAS, crítico de El
Nacional, en su
comentario del día 7. "Olympic man movement fue, sin duda, de lo mejor del
festival por su montaje electromecánico espectacular, interpretación actoral y
dirección brillante de escenas y cuadros cuando cumplían con la esperada
intención antifascista que caracterizó siempre este teatro catalán-español. Esa
posición ideológica se acusaba en todas sus creaciones mediante el uso
apropiado de la ironía o la intención que son capaces de utilizar adecuadamente
los autores y directores inteligentes, como Boadella. Ello ocurre, sin duda, en
algunas escenas de Olympic man, como la de los bebés o la de la bomba
que estalla al final llevada por una adherente. Pero al lado de ellas no llega
el espectador libertario a justificar otras que tienen un claro tufo fascista y
de ataque a la democracia, como la de los intelectuales o catedráticos
delatores y embusteros. O de los obreros ajenos al Movimiento, vagos e irresponsables, frente a los
sanos y bellos muchachones del Olympic, aplaudidas en Caracas por grupos
reaccionarios, enemigos de la democracia -el menos malo de los sistemas
políticos conocidos- y posiblemente fascistas”. Curiosas observaciones al
situarlas en contraste con las declaraciones de Boadella sobre su trabajo
teatral, que tan múltiples cuestiones nos plantea. ¿Puede una situación
compleja como la que vive Venezuela propiciar la recuperación del montaje de
Els Joglars por parte de un público reaccionario, o más bien lo que el discurso
teatral consigue es hacer aflorar las dormidas actitudes de corte radical
agazapadas en lo más profundo de las conciencias?
©Luis Matilla
Caracas
El País, Madrid
12 de Mayo de 1983
Fuente: El País
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