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Mariana Rondón. Foto: Javier Etxezarreta /Efe |
“…yo entendí que lo que pasaba era que la película estaba
viendo al espectador, que las reacciones del espectador dependían de su experiencia personal”
“…yo entendí que lo que pasaba era que la película estaba viendo al espectador, que las reacciones del espectador dependían de su experiencia personal”
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Jurado
en el Festival de San Sebastián (donde el año pasado ganó la Concha de Oro) junto
a Nastassja Kinski, Oleg Sentsov, Reinhold Vorschneider, Fernando Bovaira, Vlad Ivanov, Eric Khoo y Marjane Satrapi, y donde compartió con estrellas como Denzel Washington, Pedro
Almodóvar, Antonio Banderas, Charlotte Gainsbourg, François Ozon … Mariana Rondón llegó a Buenos Aires para recibir
el Premio Argentores, dar conferencias y estrenar “Pelo Malo” (30 de octubre).
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“Pelo Malo”, dirigida y escrita por ella
y producida por Marité Ugás, ya ganó 13
premios internacionales desde su estreno el año pasado: San Sebastián, Cannes, Montreal, Torino, Argentina, Viña del Mar, Puerto Rico, Grecia, Marruecos,
y se vendió en 32 países. Está
protagonizada por Samantha Castillo y
Samuel Lange.
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Mariana
Rondón es directora, productora, guionista y artista plástica. Estudió Cine en
Francia y Cuba. “Pelo Malo” es su tercera película después de “Calle 22”
(cortometraje), “A la medianoche y media (2000), co-dirigido con Marité Ugás, y
“Postales de Leningrado” (2007). En total ha recibido más de 60 premios
internacionales.
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Como artista plástica realizó “Llegaste con la Brisa” presentado en diferentes ciudades del mundo y en las Olimpiadas de
Beijing (2008). Como productora fundó, junto a Marité Ugás, Sudaca Films y
produjo “El Chico que Miente” (2011), dirigida por Ugás, y prepara “Contactado”,
de Marité Ugás, para el 2015.
“No soy ni una persona ni una artista de las certezas”
Son las cuatro y media de la
tarde y Mariana Rondón está dando entrevistas, desde la mañana, a los medios
más importantes de Argentina: impresos, televisivos, radiales. Raro, y qué
bueno, que una película latinoamericana
convoque tanta prensa. Algo tiene ese “Pelo Malo”. A la hora de mi entrevista Mariana
está con un periodista. Se acerca Erica Denmond, amabilísima encargada de
prensa de la distribuidora de la película en Argentina, a disculparse por la
demora. Después de mí la esperan otras entrevistas y una función privada con
debate a las 8:30 p.m.
Mariana es de una sencillez, simpatía y alegría arrolladora. Durante la hora que duró la entrevista pasamos de la risa
a la carcajada y viceversa. Sólo unos segundos su rostro se nubló un poco. Creo que la risa de Mariana es su escudo y
detrás de él podemos ver un dolor que la atraviesa de punta a punta, como el
Guaire a Caracas, profundo y nauseabundo.
Y ella, como una alquimista, logra que veamos al río cristalino y
perfumado como cuando nuestras abuelas se bañaban en él y hacían picnics en sus
orillas.
Pero el dolor sigue allí.
Porque Mariana es una
sobreviviente.
Y esta es su historia, la de
sus películas, la de su arte.
Y es también un poco la historia de América Latina.
“Nada está perdido si tenemos el valor de reconocer que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo.” Julio Cortázar
Para
empezar, Mariana, quiero decirte que no quiero preguntarte sobre la situación
política de Venezuela, aunque me duela tanto, porque no quiero que la política tape
al arte. Y tampoco quiero preguntarte porqué siempre filmas con las mismas
mujeres ni porqué tu productora está integrada sólo por mujeres, porque si
fueras hombre nadie te haría preguntas tan estúpidas. Dicho esto, comencemos. Acabas
de ganar el premio Argentores en Argentina y el año pasado ganaste la Concha de
Oro en San Sebastián, además de muchos otros premios importantes. ¿Cómo te
sientes?
Bien, súper bonito. ¿Sabes
qué? El reconocimiento como que hace falta (se
ríe), uno lo agradece, uno lo quiere. Ahora, también me ha pasado una cosa
con la película y es que a veces los premios van peleados con el público, no
necesariamente responden a lo que pasa con la película y el público. Pero en
este caso está pasando también con el público, entonces esa sensación de poder
encontrarte de verdad y sentir como el público está afectado, está conmovido,
está impresionado por la película también es maravilloso, ¿sabes?
Me
contó Erica que ayer tuviste una función muy emocionante, que la gente no dejaba
de llorar.
Súper emocionante. Estaba
repleta la sala, la gente se estaba yendo ya y prendieron la luz y dijeron que
yo estaba allí y fue muy cómico porque todo el mundo se quedó parado. Entonces fue
una conversación de 600 personas pero
todos parados, y unos me hablaban sin
micrófono, otros pedían el micrófono, otro me hablaba desde lejísimo. Pero fue
súper bonito porque además me preguntaban cosas importantes de la película.
¿Qué
les impactó tanto?
Les impactaba el dolor que
había en la película. Y me decían por qué tanto dolor y yo les dije que en
parte era el dolor que yo estaba sintiendo cuando hice la película. Yo sentía y
siento, ahora te explico por qué, un agobio de ver cómo los seres humanos somos
tan torpes y avanzamos hacia las imposibilidades.
Mariana,
no vi tu película y no me queda claro leyendo la sinopsis, viendo el tráiler,
escuchando tu discurso cuando ganaste en San Sebastián, de qué va la película:
si es contra el racismo, contra la discriminación sexual o contra nada, (Mariana
se ríe) ¿de qué va la película?
Mira, te voy a contestar con
lo que dije ayer en el foro. Yo pensaba que estaba haciendo una película sobre
Venezuela y no desde el lugar de acusar,
reivindicar, no, sino diciendo: a mí lo que me está pasando es esto, más allá
de la verdad de todo el mundo. Lo concreto es que hay un dolor aquí y no logro
conseguirle un lugar donde vea esperanza. Entonces lo que me pasó mostrando la
película por el mundo, es que me di cuenta de que no es un problema solamente venezolano.
Resulta que el mundo está así, entonces ahora tengo un poquito más de angustia
que cuando comencé la película (se ríe).
(.....)
Fragmento del libro ENTREVISTAS
Buenos Aires
22 de octubre de 2014