"Mi dolor de exilio es tan grande que cubre todo mi cuerpo.

Muevo un dedo del pie y sufro".

Lejos de casa


Venezuela: "Y es también una guerra civil en la cual uno solo pega, mientras el otro, que somos casi todos los venezolanos, recibe los golpes", Miguel Otero Silva, "Casas Muertas" (1955)













"Yo no vi las casas,  ni vi las ruinas. Yo sólo vi las llagas de los hombres y las mujeres.
Se están derrumbando como las casas, como el país en el que nacimos.
No es posible soportar más. 
A este país se lo han cogido cuatro bárbaros, veinte bárbaros, a punta de lanza y látigo. 
Se necesita no ser hombre, estar castrado como los bueyes, para quedarse callado, resignado y conforme, como si uno estuviera de acuerdo, como si uno fuera cómplice (...).
Los que mandan son cuatro, veinte, cien, diez mil. 
Pero los otros, los que soportamos  los planazos y bajamos la cabeza, somos tres millones.
Yo sí creo que se puede hacer algo. 
Yo no soy un iluso, ni un poeta del pueblo, sino un llanero que se gana la vida con sus manos, que ha criado becerros, que ha domado caballos. 
Y sé que se pueda hacer algo.

(...).

El civilismo de los estudiantes terminó en la cárcel. 
Los hombres dignos que han osado escribir, protestar, pensar, también están en la cárcel, o en el destierro, o en el cementerio. 
Se tortura, se roba, se mata, se exprime hasta la última gota de sangre del país. 
Eso es peor que la guerra civil. 
Y es también una guerra civil en la cual uno solo pega, mientras el otro, que somos casi todos los venezolanos, recibe los golpes".


Miguel Otero Silva
Casas Muertas
1955



Nota: la separación de los párrafos no es de MOS sino de este blog.







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