Infinitas gracias a Nelson Rivera, director de Papel Literario y a El Nacional por conmemorar a Carlos a 31 años de su muerte.
VIVIANA
MARCELA IRIART SOBRE CARLOS GIMÉNEZ, ENTREVISTA DE NELSON RIVERA, EL NACIONAL,
PAPEL LITERARIO, DOMINGO 3 DE MARZO DE 2024
“AL
LLEGAR LE SUCEDE ALGO EXTRAORDINARIO: CONOCE A MARÍA TERESA CASTILLO”
Viviana Marcela Iriart (1958) es escritora argentina-venezolana,
autora de dos libros sobre Carlos Giménez: Carlos Giménez el genio
irreverente y ¡Bravo Carlos Giménez!, y compiladora del volumen María
Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992.
-Entiendo
que Carlos Giménez llegó a Venezuela muy joven. ¿Cuál era su experiencia previa
en el mundo del teatro? ¿Dónde se había formado? ¿Por qué Venezuela?
Sí,
tenía apenas 23 años pero la experiencia teatral y gerencial de un hombre de
60. Porque Carlos Giménez fue un genio al
que no supimos ver ni comprender que empezó su carrera muy temprano. A los 10
años crea su primer grupo teatral, El
Club de los Corazones Unidos, pero no era un niño
jugando a hacer teatro: era un niño convirtiéndose en profesional. Carlos
dirigía, versionaba, actuaba, realizaba la escenografía, iluminación,
producción, promoción. Y editaba un
periódico cultural. Supongo que su madre, Carmen Gallardo, tuvo una gran
influencia en su temprano amor por el teatro porque ella había sido actriz y
tenido una compañía de teatro ambulante. Su madre fue su primera realizadora de
vestuario y su hermana Anita fue fundadora, actriz y productora de su segundo grupo. Las dos son figuras
fundamentales en la vida de Carlos hasta su muerte.
A
los 17 años se gradúa del Seminario de Teatro de Córdoba, Argentina, crea el
grupo El Juglar y realiza su primera gira europea, con tanto éxito, que
en Francia Jack Lang, presidente del
Festival de Teatro de Nancy, lo invita a participar en el festival al año
siguiente.
En
apenas 6 años Carlos realiza una carrera vertiginosa: 2 giras europeas y 2
premios otorgados por el ITI-UNESCO; 2 giras latinoamericanas y 1 premio en Medellín; dos veces invitado por
el Festival de Teatro de Nancy; 23 obras dirigidas; crea el Primer Festival
Nacional de Teatro de Argentina y diversos encuentros teatrales; tiene su
propia sala de teatro; dirige en Managua a la Comedia Nacional de Nicaragua y
en Argentina a la Comedia Cordobesa; toma cursos de teatro en España y en Italia organiza
un homenaje a Miguel Ángel Asturias. Además de director es actor, dramaturgo, productor,
promotor y docente.
De la primera gira europea Carlos dijo:
“Ahí
tomo contacto con un mundo totalmente
desconocido y hay un deslumbramiento que significa que, por lo menos yo, no voy
a quedarme encerrado en los parámetros ni de la ciudad ni del país donde nací.
Me doy cuenta que hay un desfase entre lo que yo quiero y lo que mi entorno, mi
hábitat, me da”.
A
los 19 años, invitado por Francia, Carlos necesita conseguir el dinero para
realizar su segunda gira europea, su familia no es pudiente, ¿y qué hace? Le
escribe una carta al presidente, el Dr. Arturo Illia, pidiéndole ayuda. ¡Y el
presidente responde que sí! ¡Y lo recibe en la Casa Rosada! Así es como Carlos gira durante 3 meses por
Europa.
A
los 20 años tiene su primer enfrentamiento con el poder, cuando los militares dan
un golpe de estado y van a su teatro:
“…La obra terminaba con
unas putitas que decían `chicas, chicas, la policía…`. Y fue un hecho real (…) Lo
primero que hizo la policía fue destrozar el teatro, maltratar al público y
arrestarme. Estuve en prisión durante tres días. No fue tan terrible, pero fue
una experiencia impactante”.
A los 22 años realiza su primera gira sudamericana: “…una gira por tierra (…) Recuerdo vívidamente la experiencia que tuvimos en el Chorolque, un pico que está a 5.000 metros sobre el nivel del mar y que es la mina de estaño más alta del mundo. Allí, como no había luz, actuamos iluminados por los focos de los mineros, es decir, rodeados por 40 mineros que nos iluminaban con sus cascos (…) Esta gira significó un descubrimiento pavoroso de América Latina, que va más allá de lo epidérmico. Entramos en contacto con la miseria total de América Latina (…) llegamos al Festival de Manizales (…) y el jurado integrado por Ernesto Sábato, Jack Lang y Miguel Ángel Asturias, nos otorga un premio”.
Para no hacerte el cuento tan largo, Nelson, cuando Carlos llega a Venezuela ya era un fenómeno que había conquistado Europa y América Latina.
Y
cuando muere en Caracas con apenas 46 años, el 28 de marzo de 1993, había
dirigido 101 obras en 7 países: Argentina, Venezuela, España, Estados Unidos,
Nicaragua, México y Perú; realizado coproducciones con Estados Unidos, España e
Italia; realizado giras por 33 países de América, Europa y Oceanía; recibido alrededor de 100 premios y/o
condecoraciones en Argentina, Venezuela, Italia, México, Colombia; dirigido en
Nueva York, en inglés, invitado por el productor de Broadway Joseph Papp (Hair,
The Chorus Line); había creado 22
instituciones teatrales y/o festivales; dirigido y versionado 100 unitarios
teatrales para televisión. Tenía invitaciones de Giorgio Strehler para dirigir
en Italia, del grupo Satyricon para dirigir en Moscú y de Joseph Papp para volver
a dirigir en Nueva York.
Carlos
realizó en apenas 29 años lo que a cualquier otro ser humano le hubiera llevado
dos y tres vidas. Y es impresionante la enorme
cantidad de obras que fueron un gran éxito tanto en Venezuela como en el
extranjero.
¿Por qué Venezuela? Carlos cuenta que
desde que leyó Lanzas Coloradas, de Uslar Petri, se había quedado
fascinado con el país. Y cuando lo
conoció el enamoramiento fue total y Venezuela también se enamora de él, porque
le abre sus puertas e inmediatamente se convierte en un fenómeno, el público
enloquece con sus montajes. Pero, también surgen sus detractores. Por eso en 1974
abandona el país, debido a una campaña xenófoba y homofóbica en su contra. Se
va a Europa, donde gana el Premio Dionisio de Plata en Italia. Sin embargo, su amor por Venezuela es tan grande que
regresa en 1975 y nunca más se
va, aunque sus detractores nunca se calmaron e incluso después de muerto lo
siguen atacando.
-¿Qué hace al llegar a Venezuela? ¿Cómo se inserta en el movimiento teatral?
Al
llegar le sucede algo extraordinario: conoce a María Teresa Castillo, la presidenta del
Ateneo de Caracas. Y eso fue como el encuentro de dos almas gemelas, aunque
Carlos tenía 23 años y María Teresa 61. La imaginación de Carlos para crear
proyectos no tenía límites y la audacia de María Teresa para apoyar , creer y trabajar en esos proyectos, tampoco.
María
Teresa lo contrata para que dirija La
Orgía de Buenaventura. Y Miguel
Otero Silva para que dirija su versión de Don Mendo. Y cuando Horacio
Petterson renuncia al Ateneo, María Teresa le ofrece su puesto, con un sueldo
simbólico porque el Ateneo tenía muy pocos recursos económicos.
Dice
Carlos en el libro Rajatabla
20 años:
“María Teresa Castillo, Presidenta Vitalicia de todos nuestros proyectos
y nuestras ambiciones. Madre y compañera. Rajatabla más que nadie. Pasión y
crítica de una aventura que sin ella no hubiera sido posible”.
Dice
María Teresa en una entrevista: “Cuando Carlos llegó aquí nos sorprendió,
inmediatamente movilizó a todo el mundo, la juventud se movilizó en torno a él
y naturalmente las puertas del Ateneo se le abrieron de par en par. Carlos me
movió muchísimo. Él inventaba las cosas más inusitadas, él era
extraordinario. Él hizo que el teatro venezolano viajara por todo el mundo,
yo viajé con ellos muchísimo, hasta la Unión Soviética de arriba para abajo. Yo
he visitado el mundo entero con el grupo Rajatabla”.
La Orgía, estrenada en 1970, causa un gran impacto y a los 5 días es prohibida:
“Al
final cuando a la vieja la matan -porque los mendigos ese día la matan por
tacaña y miserable- aparece la vieja como el símbolo de un país que murió por
su mezquindad con su propia gente. Los camareros entraban con coronas de flores
que decían “Ministerio de Relaciones Exteriores”, “Academia de la Cultura”, “Academia de la Historia” y ponían eso frente
a la vieja. La obra se considera un hito del desarrollo del teatro político.
Significó una discusión tan grande dentro de la cultura venezolana, que me
abrió una nueva perspectiva de participación dentro del país”.
Y
a pesar de la censura gana su primer premio venezolano: el Juana Sujo.
A
partir de estas obras Carlos irrumpe como un volcán en
erupción en la escena venezolana, pero un volcán de lava creadora no
destructiva. Y así será hasta su muerte.
-¿Podría
resumir la historia del Grupo Rajatabla, fundado por Carlos Giménez?
Rajatabla
se funda el 28 de febrero de 1971 como
Taller de Teatro del Ateneo de Caracas. Integrantes: Carlos, director, iluminador, escenógrafo, dramaturgo, gerente
y productor general, gurú y mentor que llevará
al grupo a la gloria nacional e internacional; Mariel Jaime Maza, Juan Pagés, Francisco
Alfaro, José Tejera, Gustavo Gutiérrez, Leopoldo Renault, José Ramón Ortiz y
Enrique Serrano, Xulio Formoso, Juan Gómez y Antonio Miranda.
Ese
día estrena la obra Tu
país está feliz, de Antonio Miranda, una obra
musical de protesta. Carlos dirige, hace la escenografía, iluminación y
promoción porque no tenía dinero para contratar profesionales. El éxito es
total, el público enloquece y tiene que hacer dos y tres funciones diarias. También
surge el escándalo, porque había escenas con desnudos totales y frontales. Pero
nada detiene a ese torbellino: giras por el interior del país; giras por
Latinoamericana; grabación de un disco con las canciones de la obra…
A
partir de esta obra Carlos y Rajatabla
se convierten en un fenómeno nacional y mundial. Todos los años estrena dos
y tres obras y realiza giras
internacionales, a veces a más de un país, cosechando impresionantes críticas.
Al mismo tiempo a Carlos le interesa mucho la docencia, apoyar a las nuevas
generaciones, unir a los grupos venezolanos, y así es que va creando año tras
años diferentes instituciones, encuentros y/o festivales.
Para
Carlos era muy importante que el teatro llegara a todos los estratos de la
sociedad, especialmente a las personas más pobres y a las más alejadas de los
centros culturales, y por eso desde sus inicios siempre llevó sus obras a los
barrios populares y las giras por el interior eran tan importantes como las del
extranjero: “Estamos haciendo teatro en patios de escuelas, en museos, en
sótanos y galpones, demostrando que la imaginación nos pertenece”.
Carlos tuvo una cantidad impresionante de éxitos,
tanto nacionales como internacionales. Su mayor suceso, quizá, fue El
Coronel no tiene quien le escriba de García Márquez, en adaptación y
dirección de Carlos, en coproducción con el Festival Latino de Nueva York y el
Festival de Dos Mundos de Spoleto, Italia, realizada en 1989, obra con la que
estuvo de gira hasta 1992.
Otros
éxitos: Venezuela Tuya, Señor
Presidente, La Muerte de García Lorca, Bolívar, La Celestina, La Charité de
Vallejo, La máscara frente al espejo, La Honesta persona de Shechuán, Historia
de un caballo, Memory, Mozart el Ángel Amadeus, Peer Gynt, El Campo, Despertar
de Primavera…
La importancia de
Carlos fue tan grande que se habla de un antes y después de Carlos Giménez en
el teatro venezolano.
Y en México, donde
Carlos trabajó apenas unos meses antes de ser deportado, el ensayista y
director teatral Rodolfo Obregón dice en un ensayo publicado por la UNAM en
2016: “Teatro Mexicano: Un antes y
un después de Carlos Giménez (….) Giménez fue quien hizo conscientes a los
teatreros de que las estructuras dictatoriales que debían vencer eran las que regían
a su propia comunidad".
Dijo Carlos: “Si el
país fuera como Rajatabla, el país podría sobrevivir. Rajatabla es un proyecto
policlasista, en nuestro grupo convergen personas de todo tipo de extracción
social, no existen las diferencias raciales. Pienso que la gente debe dialogar
siempre evitando las confrontaciones violentas de palabras. (...) Creemos que
el mundo es perfeccionable y con nuestra filosofía le hemos cambiado la vida a
mucha gente. Un ejemplo simple, dos de
nuestros compañeros de grupo solían dormir en los bancos de la Plaza Miranda, y
los trajimos a Rajatabla, les hemos dado tiempo para que resolvieran su
situación, y les ofrecimos que vivieran en los camerinos de nuestro teatro”.
-En
la historia de Rajatabla parece evidente el interés de Giménez en el
desentrañamiento del poder. Se dice que su teatro era ético y estético. Pero,
al mismo tiempo, tenía facilidad para aproximarse al poder y moverse entre sus
bastidores. ¿Podría comentar al respecto?
Sí,
gracias por hacerme esa pregunta porque me permite decir que no fue verdad, que
esa fue una de las tantas infamias que inventaron sus detractores. Porque fijate:
Carlos fue perseguido por la dictadura militar argentina, que era de ultraderecha; prohibido durante muchos años en
los países comunistas; detenido, torturado y deportado por el gobierno “revolucionario
izquierdista” de México; censurado en Venezuela y otros país democráticos. Carlos
fue atacado tanto por la derecha como por la izquierda como por las democracias,
entonces, ¿de qué relación con el poder hablan?
La
única relación con el poder que tuvo Carlos fue con el expresidente Carlos
Andrés Pérez, y eso fue porque se hicieron amigos. Y Carlos usó esa relación para favorecer a
toda la cultura venezolana, al proponerle a CAP que creara subsidios
para todas las artes. Y Carlos
Andrés lo hizo. Pero los primeros 10 años en Caracas Carlos tuvo que trabajar
en televisión para poder vivir.
Con
los otros presidentes Carlos tuvo que luchar como todos los demás grupos para
conseguir que el CONAC le diera el subsidio, incluso para conseguir los fondos
para el FITC.
No,
Carlos no se llevaba bien con el poder que denunciaba: se llevaba bien con sus
amigos y si éstos tenían poder o no, eso no le importaba.
Lo que
pasó, creo yo, es que Carlos era
terriblemente inteligente, talentoso, seductor, carismático, bello, lleno de
entusiasmo e ideas y con una facilidad de palabra que nunca he vuelto a ver en
mi vida. Y entonces muchos hombres y
mujeres con poder cayeron rendidos a sus pies, no sólo en Venezuela, en todo el
mundo. Y no sólo las personas con poder. Carlos generaba devoción en la mayoría
de las personas que tuvimos la dicha de trabajar con él: era como una estrella
de rock.
El
periodista estadounidense Jeff Levis escribe la que para mí es la mejor
definición de Carlos: “¿Quién dirige con la mentalidad única de un Fellini,
planea con la paciencia de un Kissinger,
combina el arte y el comercialismo con la astucia de un Joe
Papp y vive en Caracas después de haber
resucitado entre los muertos? Carlos
Giménez”.
Volviendo al poder, Carlos
dice en una entrevista en Argentina, todavía en dictadura: "El arte debe
estar en contra del estado, debe estar en capacidad de señalar las lacras
o los defectos de un estado (…) el arte debe ser independiente. Allí
donde el arte debe identificarse con el Estado, el arte está muerto".
Y en otra entrevista,
en España: "Nunca hemos
claudicado, no nos hemos bajado los pantalones ante ningún Gobierno, y si es
necesario, nos cagamos en el ministro de turno".
-Entre
los muchos logros de Carlos Giménez, hay uno que merece especial énfasis: el
Festival Internacional de Teatro de Caracas, creado y proyectado junto a María
Teresa Castillo. ¿Podría contarnos el surgimiento de esta iniciativa y cómo se
materializó?
Esa
historia para mí es mágica. Porque
Carlos regresa a Caracas en marzo de 1973, después de ser deportado de México, le
propone a María Teresa hacer el Festival, ella dice que sí…¡y en apenas 4 meses organizan el Primer FITC! Con la participación de 15 grupos de España, Argentina, México,
Chile, Colombia, Paraguay y Venezuela.
Miguel
Henrique Otero, testigo de ese acontecimiento, cuenta: “…no tenían ni un
peso, ni las relaciones internacionales necesarias, ni estaban a la mano los
profesionales que podrían constituir los equipos de producción, ni tampoco
estaba claro si las salas de teatro disponibles en Caracas contaban con los
recursos técnicos para afrontar las necesidades de los grupos extranjeros, ni
sabían cómo reaccionarían los grupos internacionales ante una invitación
proveniente de una ciudad que, hasta ese momento, no tenía una reputación
consolidada como capital cultural (como sí la tenían Buenos Aires o Ciudad de
México)”.
Pero en poco tiempo el FITC fue considerado uno de los mejores festivales
del mundo.
El
FITC era una fiesta, un banquete, una mesa en la que todo el mundo compartía
sin diferencias raciales, de clase, religión, orientación sexual, sexo,
nacionalidad… Durante 15 días el FITC nos volvía iguales. Durante 15 días
Caracas dejaba de ser una ciudad insegura y las noches se llenaban de arte y
gente corriendo de un teatro a otro para ver los espectáculos.
El
FITC fue financiado por el Estado, la empresa privada y las embajadas de los países participantes.
-¿Cuáles
podrían ser las principales conclusiones de un balance cualitativo y
cuantitativo del Festival Internacional de Teatro, hasta que él participó?
Cualitativo: pudimos
ver los mejores espectáculos de teatro, danza, mimo, música, ballet clásico,
etc, de todo el mundo; tomar talleres con grandes maestras y maestros de la escena
mundial. Nos visitaron artistas excepcionales: Peter Brook, Pina Bausch,
Tadeusz Kantor, Nuria Espert, Vittorio Gassman, Vanessa Redgrave, Berliner
Ensemble, Franca Rame, Giorgio Strehler, Norma Aleandro, Peter Stein, La Mamma,
Lindsay Kemp, Ellen Stewart, Kazuo Ohno, Dacia Mariani, Eugenio Barba, Darío
Fo, Els Joglars, Andrezj Wajda, Carbone
14, Odin Teatret, La Ópera de Pekín,
Philippe Genty... De Venezuela no nombro a ningún grupo para que nadie se sienta olvidado, pero
participaron los mejores de todo el país.
Cuantitativo: entre
1973 y 1992 se realizaron 9 ediciones en Caracas y en
9 ciudades del interior del país. Participaron: 150 grupos y artistas de Venezuela; 273 grupos y artistas del
extranjero; 55 países de 5 continentes: África, América, Asia, Europa y Oceanía.
El FITC,
además, le dio empleo a un pocotón de gente; acondicionó las salas de teatro y movió la
economía por la gran cantidad de gente que nos visitaba.
-A
pesar de que Giménez era en lo esencial un artista, también destaca como
creador de instituciones. ¿Cuáles fueron esas instituciones? ¿Qué queda de
ellas hoy?
Muy
poco: Rajatabla y el Taller Nacional de
Teatro (TNT). También el Instituto
Universitario de Teatro, pero le cambiaron el nombre y no reconocen a Carlos
como su fundador.
Las instituciones
creadas por Carlos, además de las ya nombradas, fueron: Festival Internacional de Teatro de Caracas, Centro
de Directores para el Nuevo Teatro, Teatro Nacional Juvenil de Venezuela,
Rajatabla Danza, ASSITEJ, Asamblea Venezolana de Teatros Independientes, Núcleo
Dramático Experimental Febrero 28, Fundación Artistas por la Vida.
También crea: Primera
Muestra Nacional de la Asamblea Venezolana de Teatros Independientes, Festival
Pirandello, Festival Experiencia Shakespeare, Festival Goldoni, Festival
de Directores para el Nuevo Teatro, Primero Singular. Y el Premio María Teresa Castillo, patrocinado
por la Encyclopaedia Britannica, ya desaparecido, y el Premio Marco Antonio
Ettedgui, que se sigue otorgando.
-¿Se
recuerda a Carlos Giménez en Venezuela? ¿Se estudian sus aportes? ¿Se
reconocieron sus contribuciones mientras vivió? ¿Giménez sintió a Venezuela
como su país?
Lamentablemente no. Ni
vivo ni muerto le reconocieron sus
aportes. No hay ni siquiera una sala que
lleve su nombre.
Cuando Carlos murió
recibió muchos homenajes. El gobierno decretó 3 días de duelo nacional,
Caracas lo mismo, el presidente fue a su velorio y la Schola Cantorum cantó en
el cementerio la canción favorita de Carlos. Se escribieron decenas de
maravillosos artículos destacando su personalidad y sus logros. El Centro
Cultural Consolidado, la Orquesta
Sinfónica Simón Bolívar, Assitej y Venezolana de Televisión le hicieron
homenajes. La actriz y docente Myriam Pareja creó la Catedra Gimeniana,
que dictó durante algunos años. Después…el olvido.
Pero, al mismo tiempo, hay
mucha gente que transmite en forma oral su legado a las nuevas generaciones. Y
en Estados Unidos y Latinoamérica hay muchos ensayos teatrales, actuales, donde
lo nombran.
Pero Carlos no tenía página
web, su legado no estaba en Internet.
Por eso yo cree el blog, página de Facebook y canal de You Tube Carlos
Giménez Creador Teatral y me da mucha alegría decir que hoy en día un
promedio de 30 mil personas al mes visita el blog. ¡El interés por Carlos es
enorme!
También edité tres libros: ¡Bravo,
Carlos Giménez!, Carlos Giménez el Genio Irreverente y María
Teresa Castillo-Carlos Giménez-FITC 1973-1992. Para hacerlos conté con el invalorable
apoyo de mucha gente de todas partes del mundo, que me envió material sobre Carlos,
aceptó ser entrevistada y escribió artículos. Quiero destacar especialmente la
colaboración del poeta José Pulido, los artistas plásticos Rolando Peña y José
Paradisi Rangel, la directora creativa Karla Gómez, la productora Carmen
Carmona y el fotógrafo Roland Streuli, que me regalaron su trabajo. Todavía
es mucho lo que falta pero, al no contar
con subsidios ni aportes privados, la
tarea se vuelve más difícil.
En 1984 Carlos escribió
un artículo sobre Moliere que parecía una premonición de lo que le iba a
suceder: “Es el rito del horror. ¿Por qué tanto odio? (…) Sus enemigos lo
persiguen después de muerto (…) ´Moliere, nada a tu gloria
faltaría, si entre los defectos que tan bien descubriste, hubieras incluido tan negra
ingratitud´”.
Y su legado no se perdió
porque él mismo se encargó de preservarlo con la edición del libro Rajatabla
20 años, de Blanca Sánchez y David Rojas, y con la inclusión de la Memoria del FITC
en el catálogo del FITC de 1992, el último que él dirigió. Ese material es
valiosísimo, junto con el libro de E.A.Moreno Uribe Carlos
Giménez Tiempo y Espacio.
Los
últimos años intenté, sin éxito, producir un documental sobre su vida. Pero te
doy una primicia: se ha sumado a este sueño la productora Carmen Carmona, quien
fue directora de cultura de la Alcaldía de Chacao y presidenta del Instituto de
Cultura del Edo. Miranda, que trabaja para la cadena de televisión Telemundo en
Miami, y el documental…¡está caminando!
Carlos
se sentía profundamente venezolano sin negar su argentinidad: en el curriculum
en los programas de mano en el extranjero ponía “ciudadano venezolano nacido en
Argentina”. Cuando la democracia regresó
a Argentina a Carlos lo tentaron mucho para que volviera, le ofrecieron sueldos
impresionantes, todo lo que él quisiera, pero él ya era venezolano, no porque
había sido nacionalizado por decreto sino porque su corazón lo era.
RAMILLETE
DE ELOGIOS
“El director, Carlos
Giménez, ofrece un drama de tan ardiente erotismo
que es difícil saber si el olor a fuego en el auditorio proviene de los
braseros en el escenario o de los cuerpos de los actores. El Sr. Giménez crea
un espectáculo con la belleza y la
grandeza cromática de una pintura de Gericault y envía a sus personajes a girar en torno a
ella en una danza hipnótica." The
New York Times, 1987.
“Y la dirección de
Carlos Giménez hace que la complicada trama sea admirablemente clara a medida
que la historia se mueve dentro y fuera de los recuerdos de los diferentes
personajes.” The New York Times,
1987.
“En Caracas hay un
joven director que ha encontrado la esencia del estilo épico de Brecht y los
elementos de los métodos de trabajo de Peter Brook, en soledad, lejos de los maestros europeos. El director es Carlos
Giménez.” Glenn
Loney, Universidad
de Cambridge, 1986.
“Y la dirección del Sr.
Giménez, sin mencionar su uso pictórico
de la iluminación, debería decirle a cualquiera porqué este hombre, que aún no tiene 40 años, es considerado el director más grande de Venezuela. Su
dominio de las emociones de la audiencia en esta obra revolucionaria es completo.” The
New York Times, 1985.
“Así como Salvador Dalí
en sus cuadros más inverosímiles estrecha la maestría académica del dibujo con
la capacidad de crear lo real, asimismo, Carlos Giménez en las deformaciones más
fantasiosas y singulares de sus imágenes, logra crear algo real, sin duda emocionalmente verdadero …” V.
Silunas, Globo Teatral, Moscú, 1988.
“Absolutamente
emocionante (…) De veras no esperaba que fuera tan
emocionante, tan conmovedora para mí y tengo la impresión de que para el
público también porque me di cuenta de que todo el mundo quedó en suspenso
desde la primera palabra hasta la
última. No se oyó volar una mosca, no se
oía respirar. Es emocionante realmente”. Gabriel
García Márquez, México, 1989.
“No es una pieza
escénica sombría ni aburrida gracias a
la imaginación teatral de Carlos Giménez. No hace falta una traducción para apreciar la inventiva de la puesta en escena”. Chicago Tribune,
1992.
"La danza de amor y muerte que ha creado
Carlos Giménez sobre uno de los monumentos de nuestro idioma, es, a mi parecer,
uno de los grandes espectáculos del teatro en lengua castellana. Expuesta sobre la cuadrícula de sal, a las
puertas marinas de Marsala, su tormenta carnal provocaba escalofríos.” Moises Pérez Coterillo El
Público, España, 1988.
“No había tomado en
cuenta la brillantez del director y adaptador Carlos Giménez cuya versión me
impactó muchísimo La genial producción de Carlos Giménez está destinada a ser
una de las más espectaculares del Festival”. The
Guardian, Londres, 1991.
"Un Marat Sade venezolano”. Tommaso
Chiaretti, Roma, 1977.
“Habría que destacar,
por encima de todo, la labor de dirección, que supone un trabajo rayano en la perfección”. ABC,
Madrid, 1982.
“Carlos
Giménez realiza una puesta ritual, tenebrosa, sofocante, monumental que emana
un poder del que no se puede escapar y
que ni el idioma español puede
expresar.” Der
Tagesspiegel , Berlín, 1982.
“Sinceramente es una
obra excepcional. Los que vibran; los
que sienten; los que anhelan; los que sueñan; los que buscan; los que
pretenden; se identificarán con ella. (…) Nunca me hubiese perdonado el no haberla
visto.” Miriam
Fletcher. El Mundo, Caracas, 29/3/71.