"Mi dolor de exilio es tan grande que cubre todo mi cuerpo.

Muevo un dedo del pie y sufro".

Lejos de casa


Querida Dita (Esther "Dita Khon de Cohen) / artículo de Viviana Marcela Iriart, 29 de septiembre de 2014



Dita Cohen años 80. Fuente: Marta Candia



Querida Dita: Hace varios años te dije, y ahora me da mucho placer decirlo en público, que el mundo sería un lugar más hermoso si existieran más personas como tú. Tú te sonrojaste, sonreíste con timidez y bajaste los ojos. Hoy agrego que si las Naciones Unidas eligieran a las 7 personas más maravillosas del mundo, tú serías elegida por unanimidad las 7 veces. No porque no haya personas maravillosas, algunas de ellas están en esta sala, sino porque tú eres la suma de todas ellas. 

Tu calidad humana es tan grande que te coloca en un plano espiritual fuera de nuestro alcance, un plano en el que hay muy pocas personas. Pero tú siempre bajas a nuestra altura, porque eres conmovedora y maravillosamente humilde.

Tú has ayudado  a tantas personas que no alcanza la vida  para contarlo. Y  lo haces  en silencio. Y dando no lo que te sobra sino lo que el prójimo necesita.

Es para mí un honor, un orgullo y una alegría que tú seas mi amiga desde hace 30 años, cuando me contrataste como directora de Promoción del Centro Cultural Prisma, en Los Palos Grandes, y desde el primer día me trataste como a una amiga no como a una empleada. Lo que más me conmovió entonces, y me sigue conmoviendo ahora, es tu bondad, tu generosidad y tu humildad. Y me encanta tu humor y tu mente brillante siempre inventando proyectos para ayudar a la gente. En 30 años nunca te escuché hablar mal de nadie, ni siquiera de las personas que te abandonaron cuando tuviste que cerrar tu gran sueño, Prisma, por la desidia gubernamental, y Venezuela perdió la mejor escuela de teatro que jamás haya tenido. Por suerte seguiste produciendo teatro, porque eres una de las mejores productoras del mundo. Pero tu amor por la humanidad no menguó y entonces fundaste el Espacio Anna Frank, una ONG que promueve la tolerancia, el entendimiento y la paz.

Pero había una cosa que me irritaba de ti: que ayudaras a gente arribista  y desagradecida, esa que siempre revolotea a tu alrededor. Cuando te lo reclamaba, tú sonreías con ternura y me decías: “La están pasando mal y, ¿quién es perfecto?” Allí donde yo veía arribismo tú, con tu infinita bondad, veías la necesidad.

Confieso que no te entendí hasta hace 2 años atrás, cuando me invitaste a almorzar a tu  casa y dijiste, no es textual pero casi: “Yo agradezco cuando una persona me pide ayuda, porque al permitirme ayudarla me ayuda a mí a convertirme en mejor persona”.  Querida Dita, tú no existes: tú eres un milagro.

Por todo esto, gracias por dignificar a la raza humana y ojalá que este homenaje se reproduzca por el mundo, porque tú, querida, amada, admirada Dita,  eres el Mejor Patrimonio de  la Humanidad.

Y estoy segura de que  Vinicius de Moraes pensó en ti cuando escribió:


Un abrazo enorme como nuestro Ávila.


Ex directora de Promoción del Centro Cultural Prisma. 
Escritora.
29 de septiembre de 2014.



Artículo escrito para el homenaje realizado a Esther “Dita” Cohen como mecenas de la cultura venezolana,  el 19 de octubre de 2014 en Hebraica, Caracas.






Fuente: vmi


Esther Dita Cohen recibió merecido homenaje por ser mecenas de la cultura venezolana y luchadora por la tolerancia 

El Universal, El Nacional, Nuevo Mundo Israelita, Caracas, 13-20 octubre 2014



Dita Cohen homenajeda. Foto Raúl Romero
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Homenajearon a Esther "Dita" Cohen por apoyo a la cultura / Humberto Sánchez Amaya, Caracas 20 de octubre de 2014, El Nacional

El evento se realizó en el Hebraica, se hizo un repaso de su aporte al arte y se habló de los proyectos actuales 



Por su trayectoria en la promoción del teatro y la cultura en Venezuela, la comunidad israelí en el país rindió homenaje a Esther "Dita" Cohen, actual presidenta del Espacio Anna Frank.

“Lo recibo con mucho cariño, con mucho amor. Ahora que conocen mi pasado deben saber lo que tengo para el futuro, porque todavía tengo futuro”, dijo en el acto realizado ayer en el Hebraica quien fue durante años directora de Cultura de la Unión Israelita de Caracas.

En el evento varios de los invitados recordaron cómo fueron los inicios de Cohen en el teatro, cuando formó hace más de 30 años el grupo teatral Prisma, que llegó a hacer montajes como El triciclo de Fernando Arrabal, El cero transparente de Alfonso Vallejo, Los siameses de Griselda Gambado y El gorro de cascabeles de Luigi Pirandello.

Entre los proyectos que Cohen lleva a cabo con el Espacio Anna Frank está la realización de exposiciones itinerantes en varios centros comerciales y universidades, con el objetivo de promover el respeto a las diferencias. También editan material didáctico para centros educativos.

“La modernidad nos ha hecho dar cuenta de lo importante que es la imagen para dar a conocer el mensaje”, afirmó la homenajeada, de 79 años de edad.

Recordó que hace poco publicaron el libro Rumbo a la libertad, con testimonios de personas de la comunidad judía que emigraron a Venezuela. Informó que en imprenta se encuentra el segundo título de la serie sobre la tragedia de Vargas en 1999.

©Humberto Sánchez Amaya
Caracas 20 de octubre de 2014

Fuente: El Nacional




Esther “Dita” Cohen: una fuente de inspiración, por  Mercedes Chocrón de Russo, Nuevo Mundo Israelita 


Homenaje comunitario y como mecenas de la cultura en ocasión de la clausura del Festival de Teatro Interclubes 2014



Desde su juventud, Esther “Dita” Cohen se subyugó al teatro, entregó su pasión a su comunidad y a todos sus congéneres. Su alma altruista se desbordó a todo su entorno. Dita ha impulsado la realización de múltiples obras teatrales, exposiciones, conciertos, proyectos editoriales y eventos culturales dentro de nuestra comunidad y en Venezuela. El 19 de octubre, cuando baje el telón del Festival de Teatro Interclubes 2014 cuyo premio este año lleva su nombre, el CSCD Hebraica se honrará en homenajearla junto a distinguidas personalidades del medio artístico y cultural de Venezuela, familiares y amigos en ocasión de atestiguarle nuestro reconocimiento a una vida ejemplar dedicada a su familia, su comunidad y su país.
El tributo tendrá lugar a las 11 de la mañana en el Centro Creativo Brief-Kohn y en la premiación del Festival a las 6 de la tarde en el Anfiteatro Jacobo y Sofía Mishkin de Hebraica.


Pasión por el teatro 

La repuesta a la pregunta de dónde viene esa pasión de Dita Cohén por el teatro es muy clara. A media cuadra de la escuela pública para niñas donde Dita, su hermana Marianne y Elisa Lerner cursaron primaria, estaba el Teatro Nacional. Desde su niñez, gracias a esa vecindad teatral le viene el amor por el arte de las tablas.
Su amiga de la infancia Elisa Lerner escribió sobre ella recuerdos entrañables: “No extraña en Dita esa vocación profunda hacia el teatro al proceder ella de una familia judía. Los judíos con miembros de una parentela fragmentada —muchas veces diezmada— por una historia adversa, en el ir y venir del escenario, encuentran consuelo en esos  parientes de ficción que son los personajes de, pongamos por caso, Arthur Miller. A veces no tan distintos de otros parientes de la verdad consanguínea. Pero, de igual manera, casi de ficción, porque un largo avatar, una larga desdicha, hizo que, en ocasiones, solo se les haya conocido a través de cartas remotísimas y de fotografías desleídas… Toda vocación ina­go­ta­ble viene de la niñez. No sé de qué ar­ti­mañas se valió Dita. ¿No se tiene dicho que era ella una niña muy lista? Pero, de seguro, fue esa su primera emprendedora aventura de éxito. Entrar al gran teatro, vecino a nuestra escuelita, maravillarse con lo que sucedía en la escena y persistir”.

Una fuente de inspiración


Sonia Zilzer, directora de la Biblioteca Leo Anita Blumn de la Unión Israelita de Caracas, expresó sus recuerdos sobre la homenajeada: “El paso de Dita por Cultura de la UIC es el paso de una fuente de inspiración, de un motor en marcha, de la alegría contagiosa para emprender los proyectos, de dejar tras de sí gente que sigue con entusiasmo el camino dejado por ella. Dita decía que el trabajo de cultura era la construcción del ‘edificio virtual del Judaísmo venezolano’, que los pioneros dejaron bien sentadas las bases de nuestra kehilá y que nuestra labor era darle aún más riqueza, cultura y belleza a nuestras tradiciones”.

Mercedes Chocrón de Russo
Gerencia de Comunicaciones e Información del CSCD Hebraica


Trabajos de Dita Cohen en la UIC


Obras de teatro
El mono
El grito de la langosta
Lecturas de Miller
Ladrona de almas
Número 174517 Auschwitz

Exposiciones
Reflejos de nuestra presencia en Venezuela
Bar Mitzvá: fe, tradición y arte
El colegio: Pasé o pasó por mí
Bauhaus
Germinaciones.

Proyectos editoriales
Valió la pena
Noticia de una diáspora

Ciclos de charlas  y eventos:
Café con fe, charlas con el rabino Brener
Mameloshen: conversa en idish
 Abriendo libros: círculos de lectura.

Eventos musicales
Ballet de Jerusalén en Caracas
Festival de Corales
Homenaje a Jacques Braunstein
 Brundibar.

Además de charlas, conferencias y cursos con invitados nacionales e internacionales, organización de la biblioteca y restauración del Museo Kern, ciclos de cine y festival gastronómico.



Nuestra Dita


La energía sin treguas para ella misma, el coraje inmenso que ha sido su destino en Dita estuvo presente desde siempre en la niña torrencial y, al unísono, de una generosidad precisa. Eran dos hermanas. El árbol del azar a veces despliega sus hojas con alguna benevolencia. De modo que el encuentro con Dita y su hermana Marianne, ligeramente mayor, tuvo lugar en la escuelita federal de la esquina de Cipreses. No importa si luego el albur no nos hubiera permitido seguir mayores estudios. En tan modesta escuelita recibimos buena formación para desentrañar algunos pliegues del mundo. A Dita y a Marianne desde el primer momento las vi como unas hermanas con sello propio. De alguna manera aún vagarosa sabía que dejarían honda huella en el corazón de mis días.
Con Marianne compartí los grados, los diversos salones donde nuestra infancia fue rodando. Era brillante, alta, muy alta y bellísima. Se le daba muy bien todo, la ardua matemática, los poemas que escribía. Dita era robusta, ágil y bien plantada. Inventaba bromas, rochelas, juegos. No sabía ella misma, en la edad de la inocencia, que sería su forma de inicio para un conocimiento de los  desdoblamientos del teatro. Pero apartaba las bromas, las rochelas, los juegos si tenía una compañerita llorosa al lado a la que podía prestar consuelo activo. En suma, Marianne era la intelectual. Pero en la traviesa y, a la vez, compasiva Dita asomaba una hacedora.
Una vez, en una matinée de la infancia, recuerdo haberme topado con Marianne y Dita mientras veíamos El ladrón de Bagdad en el viejo cine “Olimpia”, donde Sabú, un muchacho hindú, iba por los cielos en alfombra mágica cumpliendo sin más todos sus recados. Y, quizá, en otro cine de barrio, a rebotar, con nuestras respectivas familias embelesados todos con El gran vals. Pido de antemano perdón a los respetables rabinos de luengas barbas que nos alientan con sus rezos y sus cálidas tazas de té. Para nosotras, hijas de jóvenes parejas idish emigradas de Europa, Hollywood con sus grandes productores, directores y actores judíos no dejaba de ser como una sinagoga fantasiosa, divertida y por demás cosmopolita.
Dita, al igual que Marianne, se manejaba estupendamente bien en el mundo pragmático del día, el de los números y en el de la noche, el de las artes. Sin medias tintas en la vida, mientras estaba por graduarse de economista la recuerdo esposa jovencísima, casi adolescente, muy deportiva, caminando por la Ciudad Universitaria bajo un sol de justicia en uno de sus primeros embarazos. Hoy rodeada de su floreciente y triunfal familia ella me parece la alcaldesa más feliz de una ciudadanía entrañable.
Dita, la precoz hacedora, siguió construyéndose en las dos veredas que la han significado: el teatro y la devoción solidaria por la gente. Porque guardo el recuerdo de una mujer no judía a la que después de años de no verla la encontré, da pena decirlo, algo desmantelada, hecha casi una ruina. En medio de ese cuadro tan poco favorecedor los ojos le chispeaban de entusiasmo, de alegre agradecimiento cuando, casi de inmediato, hizo alusión a Dita, a lo buena compradora de sus cuadros que había sido. Al parecer esta inteligente y culta mujer, visitada por el desamparo como Blanche Du Bois, había devenido en pintora. El amable corazón de Dita tiene una vasta memoria para recordar y aliviar el dolor y la necesidad del otro que para ella son fraternos no solo en nuestra comunidad.
No puede hablarse de Dita sin mencionar uno de sus hijos más preciados, el grupo teatral “Prisma”, del cual fuera fundadora y principal animadora y que diera lustre a nuestro teatro por años. ¿Qué empujó a Dita a su pasión por el teatro? Quizá, lo mismo que a otros hombres y mujeres judíos del teatro. La necesidad de “entretenerse”, de ser otros mientras olvidan por algunas horas la amarga historia de la que provienen.
Solo puedo añadir que mi vida, quizá, hubiera sido otra, más pobre, de no haberme encontrado justo a tiempo en la felicidad de la infancia con Dita y su hermana Marianne. A Dita le debo, siempre le deberé, no escribir para ella unas páginas de estremecida belleza como las del reportaje de Ida Gramcko publicado en el “Papel Literario” que rescatara para mí siendo ella aún una niña en la tierna edad iluminada ya por esa gentileza de corazón que arroja lejos de sí todo mal sobre el mundo.




Caracas, 17 de octubre de 2014


Premio Esther Cohen

El Universal, 13 de octubre de 2014

Por una labor



Del 5 al 19 de octubre, tendrá lugar el XXII Festival de Teatro Interclubes 2014  Beyajad (Unidos) Premio Esther Dita Cohen, organizado por el Centro Social Cultural y Deportivo Hebraica, institución ganadora en la edición de 2013. Participarán 11 agrupaciones del país. En esta oportunidad se le rendirá un homenaje a Esther "Dita" Cohen, fundadora del Centro Cultural Prisma en la parroquia La Candelaria. Este año, el premio del Festival lleva el nombre de esta figura de la cultura, Esther "Dita" Cohen, benefactora de numerosos grupos teatrales, que  siempre continúa ofreciendo su apoyo incondicional. Este merecido homenaje se llevará a cabo  el domingo 19 de octubre y ese mismo día tendrá lugar la premiación del Festival.

El Universal, 13 de octubre de 2014 

Fuente:  El Universal


















Julio Cortázar: "Un día en mi vida es siempre una cosa muy hermosa, porque yo me siento muy feliz de estar vivo" / entrevista de Viviana Marcela Iriart,Caracas septiembre de 1979 / Fotos Eduardo Gamondés








JULIO CORTAZAR Y LATINOAMÉRICA:
 “DEBEMOS LUCHAR CONTRA EL CHOVINISMO”


Su voz grave y gangosa atiende el teléfono, sin intermediarios, simplemente él levantando el tubo. Cortázar. Su voz suena seria, como la imagen que tengo de él, una imagen de que siempre tiene 40 años: imposible imaginarle más (y sus biografías dicen que nació en 1914). Explica que quiere ver la revista antes de concedernos una entrevista, y ni él ni nosotros sabemos qué pasó, pero las revistas que dejamos en el hotel jamás llegaron a sus manos. Igualmente sugiere vernos en Parque Central, en la inauguración de la Primera Conferencia Internacional sobre el Exilio y la Solidaridad Latinoamericana en los años 70, en la que él participó. 

Y allí estaba, llamando la atención aún sin quererlo: era el más alto de todos los presentes. Y allí estaba, con la barba y bigotes cobrizos que lleva desde hace tanto, con la seriedad con que aparece en diarios y revistas, con una simpatía que no le imaginaba. Allí estaba, era Cortázar. Un ser humano como usted y como yo, sí, con dos ojos, una boca, dos manos, virtudes, defectos, deseos, nostalgias.

La entrevista fue en un rincón del Hotel Anauco Hilton, junto con el Asesor de Semana, Jorge Madrazo, el fotógrafo Eduardo Gamondés y cuatro o cinco admiradores del escritor, inmersos disimuladamente –o no- en la conversación. 

Él habló despacio, cálidamente y sus ojos claros recorrían los nuestros mientras sus palabras se abrían en el centro de nuestras mentes, quedando allí mucho tiempo después de haber sido pronunciadas. 

Y él se quedó en nosotros cuando la noche llegó y nos encontró en sitios distintos. Como una presencia invisible, deseada, siempre presente a partir del primer encuentro.





ACERCA DE LA LITERATURA Y LA POLÍTICA

“Bueno, claro que me molesta ser requerido más para dar opiniones políticas que literarias, porque soy un animal literario. Así como los franceses suelen referirse al hombre como un animal pensante o un animal filosófico, yo soy un animal literario. Nací para la literatura y si fui asumiendo lentamente este compromiso de tipo ideológico que ustedes me conocen, eso fue al término de un proceso muy lento, muy complicado y a veces muy penoso. Porque como mi vocación profunda es la literatura, hay momentos en los que las circunstancias de tipo político –el tener que venir a esta Conferencia, escribir artículos de contenido político, atacar a la Junta chilena o argentina, ocuparme de casos de desaparecidos, muertos, torturados, contestar alguna de la enorme correspondencia que me llega, porque la gente piensa que yo siempre puedo decir algo y ayudar- bueno, hay momentos en lo que, lo confieso porque es verdad, tengo un gran desánimo. Porque me digo: “bueno, ¿alguna vez voy a poder escribir una novela?” Mi ideal sería tener un año o dos de tranquilidad, para escribir una novela que me da vueltas en la cabeza hace mucho tiempo. Por eso es que cada vez más me convierto en un cuentista, porque los cuentos los escribes en el avión, en tu casa, en la calle...”


 
HASTA FRANCIA LLEGO EL EXILIO

“Yo hace 28 años que vivo fuera de la Argentina, pero nunca me consideré un exiliado hasta el golpe de Videla. Nunca me consideré un exiliado, porque para mí el exilio es una cosa compulsiva, y yo vivía en Francia porque me daba la gana. Porque es un país que me gusta, donde me siento bien y donde iba escribiendo mi obra sin dificultades ni problemas. Y de repente, a partir del golpe militar, supe que me había convertido en un verdadero exiliado. Es decir, que ahora tengo ese sentimiento que tienen todos los exiliados, donde los aspectos negativos son muy fuertes, pesan mucho. Eso me llevó por primera vez a reflexionar sobre el problema del exilio. Es entonces que me di cuenta de que si yo o cualquier otro exiliado entra en el estereotipo, en la noción esencialmente negativa, aplastante del exilio, le está otorgando una carta de triunfo a la dictadura que lo exiló. Entonces me planteé el problema en términos muy claros: es una locura, es ilógico, no se puede aplicar científicamente, pero yo en vez de estar en una marcha adelante doy marcha atrás, invierto la velocidad y entiendo el exilio en términos positivos. Yo lo dije en París e hizo sonreír a mucha gente, dije que es como si Videla, ahora que me exiló, me hubiera dado una beca para escribir fuera de la Argentina. Y mi mejor manera de contestar a ese exilio es dar el máximo de lo que yo puedo dar como escritor, y es lo que estoy tratando de hacer. 

Pero al exiliado que llega totalmente quebrado, ya sea porque él mismo ha sufrido, incluso físicamente, antes de poder salir o porque hay un montón de muertos, desaparecidos, torturados en torno a él, no se le puede pedir que empiece su vida de exiliado con una sonrisa, diciendo: “esto está muy bien”. No, porque está espantosamente mal. Cuando a todo hombre y mujer que ha salvado la inteligencia, le llegue el momento de pensar en la nueva vida que está empezando, es en ese momento en que yo lo incito a que en vez de caer en los estereotipos y decir “yo soy una víctima, yo soy un exiliado, yo he sido injustamente echado de mi país”, y que eso se traduzca poco a poco en amargura, en una nostalgia aplastante, yo lo incito a que –salido del primer choque traumático- vuelva a sentirse un hombre o una mujer pleno”.



SUR, PAREDON Y DESPUES...

“Sí, porque ¿para qué sirve la nostalgia de juntarnos cinco argentinos, hacer un asado, tomar mate, poner un disco de Susana Rinaldi, Mercedes Sosa o Gardel (según los gustos) y complacernos en la nostalgia de un pasado al que quisiéramos resucitar? Yo lo hago también, pero eso no me impide al día siguiente despertar en París, y estar en contacto con un montón de gente que no son argentinos y llevar adelante mi trabajo. 

De manera que es un asunto que hay que matizarlo, no es muy sencillo, y claro, no todas las personas están igualmente equipadas en el plano mental o intelectual. Y el obrero, que desde el punto de vista cultural está más limitado -porque por su condición de obrero no ha podido estudiar- ese hombre es realmente el que está más en peligro como exiliado. Si un obrero tiene que vivir en Suecia, nada más el problema del idioma es para él una especie de amenaza de muerte. Y ahí la nostalgia, Gardel, sus recuerdos y sus fotos se vuelven su única defensa. Y yo creo que todos nosotros podemos hacer mucho a través de publicaciones, de actos, de reuniones, para hacerles sentir que no están solos”.



EL EXILIO CULTURAL

“Lo que para mí es y ha sido traumático, es un fenómeno en el que no todo el mundo piensa, y que en el caso de un artista exiliado es fundamental. Lo que yo llamaría el exilio de tipo cultural: es terrible cuando te das cuenta de que en tu país hay una barrera de censura que hace, por ejemplo, que yo no pueda publicar más libros en Argentina. Entonces se descubre -y esto es lo espantoso para mí- que yo estoy exiliado, pero que del otro lado, en mi país, hay 26 millones de exiliados en relación a nosotros. Yo estoy separado de mis lectores, pero mis lectores están separados de mí: mi último libro de cuentos no pudo salir en Argentina porque hubo dos cuentos que le molestaron a la Junta. Y no hago de esto una cuestión personal: están separados de 150 magníficos escritores uruguayos, chilenos y argentinos que no se pueden editar en nuestro país. 

En Chile, desde el 11 de septiembre de 1973, una generación de jóvenes fue tomada por la Junta y metidos en una escuela fascista dirigida por militares. Han pasado seis años y ellos vivieron la edad crítica (entre los 12 y los 18 años) bajo ese régimen, miles y miles de niños y niñas chilenas que en estos momentos creen en la Junta, creen en la Seguridad Nacional, creen que todos nosotros somos traidores. Creen que Chile es un país injustamente atacado y combatido. No es culpa de ellos, pobrecitos, porque en seis años los han convertido en lo mismo en que Hitler convirtió a las juventudes hitleristas, o Mussolini a los “balillas”. Bueno, eso es para mí una de las cosas más espantosas, y nosotros no podemos hacer nada, intelectualmente. Porque esto yo se los digo a ustedes, pero nadie lo va a escuchar en Argentina, nadie lo va a leer, ustedes lo van a publicar y salvo que alguien lo lleve en un bolsillo, nadie va a poder leerlo allí”.


EL ESCRITOR Y SU COMPROMISO CON LA REVOLUCION

“Yo tengo una gran latitud de enfoque en el plano de trabajo de los escritores. Yo creo que puede haber escritores puros, que no introduzcan ningún mensaje político en lo que hacen. Creo que eso es posible, y que su obra puede ser revolucionaria si es una obra creadora, que renueva, una obra bella. Lo único que exijo en esos casos es que la persona que hace literatura pura, muestre con su conducta personal que no es un escapista. Que si él no pone política en lo que hace, es solamente porque -por ejemplo- su vocación es escribir un soneto en donde la política no entre. Pero él tiene que demostrar con su conducta, con su responsabilidad personal, que tiene derecho a escribir esos sonetos. 

Mira, yo me divierto mucho en escribir literatura pura... El año que viene sacaré un libro, que estoy terminando, donde hay uno o dos cuentos con contenido político, los demás son cuentos fantásticos. Y creo que tengo derecho a escribirlos, porque mis lectores saben quién soy. Entonces, ¿por qué me voy a sentir obligado a poner la política en cada cosa que escriba? Mi literatura, entonces, sería muy mala, soy muy consciente de esto. No todo hombre ha nacido para la acción, no todo hombre tiene a veces ¿cómo decirte? las aptitudes físicas para jugarse en un plano de acción. No todo hombre ha nacido para ser soldado de una revolución. Puede ser un hombre de una vida interior, de una timidez de carácter, que lo lleva a escribir exclusivamente una obra que canta a la revolución. Pero yo no creo que se le pueda exigir una militancia práctica a todo el mundo”.



VIETNAM Y EL MANEJO DE LA INFORMACION POR EL IMPERIALISMO

“Yo creo que es positivo que se denuncien las violaciones de derechos humanos ocurridas en los países socialistas, en la medida en que se tenga total seguridad de lo que se denuncia. Porque, cuando se habla de violación de derechos humanos en esos países yo, por principio, examino con mucho cuidado el expediente, porque sé de sobra hasta qué punto la información del imperialismo reforma, cambia y modifica las cosas. 

Yo no olvido que, por ejemplo, siguiendo la última etapa de la revolución nicaragüense en el Herald Tribune, en París, se podía encontrar un análisis de cómo los yankis preparaban al lector norteamericano para que estuviera en contra del triunfo. Hablaban de Somoza como el tirano, el dictador, pero cuando hablaban de las columnas que avanzaban decían: “las columnas marxistas. Cada ocho o nueve párrafos te soltaban esa palabrita, para que la buena señora que vive en Minesotta o en Detroit diga: “¡Dios mío, los comunistas!” Entonces, cuando se habla del caso de Vietnam, yo estoy esperando encontrarme con García Márquez, que estuvo allí haciendo una gran encuesta, para que él me cuente a mí las cosas. Yo no me fío de los telegramas de prensa. Pero, cuando en Rusia y en los países de la órbita socialista hay flagrantes violaciones de derechos humanos, yo personalmente no me callo.”


 
AMERICA LATINA COMO UNIDAD: ¿REALIDAD O UTOPIA?

“Lo voy a decir de una manera sentimental, casi a lo Rubén Darío: en mi corazón, América Latina existe como una unidad. Soy argentino desde luego (y me siento contento de serlo), pero fundamentalmente me siento latinoamericano. Yo estoy en mi casa en cualquier país de América Latina, siento las diferencias locales, pero son las diferencias dentro de la unidad. Eso, en el plano personal. En el plano geopolítico, está la nefasta política de dividir para reinar, que han aplicado los norteamericanos desde hace tanto tiempo. Fomentando los nacionalismos, las rivalidades entre los países para dominarlos mejor, destruyendo el sueño de Bolívar de los “Estados Unidos de América del Sur” y creando diferentes países orgullosos, seguros de sí mismos, dispuestos a hacerse la guerra por cuestiones que no resisten un análisis profundo; eso es una realidad. 

Y yo pienso que uno de los deberes capitales de los políticos de izquierda, de los escritores revolucionarios, es intentar por todos los medios de luchar contra ese chauvinismo, que hace que un niño argentino en la escuela aprenda que él es mucho mejor y más que un niño chileno o paraguayo. Por cierto que en mi visita anterior hablé con venezolanos de la calle y su idea sobre los colombianos, su desprecio, su odio, me aterraron. Lo mismo, por supuesto, ocurre en el caso inverso. Es la prueba de que dividir para reinar funciona, que a los yankis les conviene seguir fomentándolo y que las dictaduras locales están encantadas de hacerlo”.



ENTONCES HABLO SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE

“Un día en mi vida es siempre una cosa muy hermosa, porque yo me siento muy feliz de estar vivo. No tengo ninguna intención de morirme, tengo la impresión de que soy inmortal. Sé que no lo soy, pero la idea de la muerte no me molesta y tampoco le tengo miedo. Le niego existencia, entonces, eso me ayuda a vivir de una manera... ¿cómo decirlo? Bajo el sol, solar. 

Yo estoy muy contento de estar vivo, y además hay una cosa en la que poca gente piensa. Creo que es un prodigio maravilloso que todos nosotros seamos seres humanos, que estemos en lo más alto de la escala zoológica, por un azar puramente genético. Porque tú no eres responsable de ser quien eres. Venimos de una larguísima cadena genética y cuando yo veo a una gallina o una mosca que también han nacido de las mismas cadenas genéticas, me maravillo por ser un hombre y no una gallina. Yo soy un hombre, con todo lo bueno y lo malo que eso tiene. Y estoy contento de haber tenido una conciencia, de haber visto lo más que una conciencia puede ver del planeta. Y no te hablo más”.


Cuando pronunció estas palabras hacía más de media hora que estaba con nosotros, contándonos anécdotas y sonriendo, a veces, como un niño. Sí, él es un ser humano como usted y como yo, para hablar necesita mover la boca en la misma forma en que lo hacemos usted y yo. Pero él es Julio Cortázar.


© Viviana Marcela Iriart
Caracas, septiembre de 1979.
Publicada en noviembre de 1979
Revista Semana, Caracas
© Fotografías   Eduardo Gamondés 



                                  Carta de Julio Cortázar  









"París, 30/11/79
Querida Viviana:
Gracias por el envío de Semana. 
La entrevista que me hiciste ha quedado muy bien teniendo en cuenta las circunstancias caóticas en que la hicimos.Has tenido muy en cuenta cosas que dije, y espero que los lectores sientan la doble autenticidad de tu trabajo y de mi palabra.
Gracias otra vez, con una abrazo muy cordial de tu amigo,
Julio Cortázar"





CORTÁZAR 23 AÑOS DESPUÉS EN INTERNET


Esta entrevista fue realizada en Caracas, en el año 1979, durante la realización de la “Primera Conferencia Internacional sobre el Exilio y la Solidaridad Latinoamericana en los años 70”, en la que Julio Cortázar fue panelista junto a intelectuales de la talla de Mario Benedetti, Antonio Skarmeta, Eduardo Galeano y Ernesto Cardenal entre muchos otros. 

La entrevista fue publicada en la revista “Semana” de Caracas y la firmé con seudónimo: Julio Cortázar era una de los opositores más célebres de la dictadura argentina, yo estaba exiliada y temía represalias contra mi familia en Argentina. Cortázar, con la humanidad que lo caracterizaba, entendió mi temor cuando se lo expliqué. Le envié unos ejemplares a París, donde vivía, y a vuelta de correo me llegó una maravillosa carta manuscrita en donde me agradecía la entrevista. 

Nunca más tuve contacto con él. 

Pero cuando cinco años más tarde Cortázar murió, lloré su pérdida como la de un amigo entrañable. 

En una hora, el tiempo que duró la entrevista, Cortázar se metió en mi corazón y se quedó en él para siempre. 

Ha pasado mucho tiempo desde que ya no está con nosotros. Y sin embargo, todavía lo sigo extrañando. 

Las fotos fueron tomadas por el fotógrafo argentino Eduardo Gamondés y son inéditas, dado que la revista “Semana” estaba en crisis económica y no pudo comprarlas. Gracias Eduardo por permitir reproducirlas. Y gracias a Araceli Otamendi, editora de "Archivos del Sur", por su interés en reeditar el pensamiento de uno de los intelectuales más talentosos, humanos y consecuentes del continente. 

Han pasado veintitrés años desde que la entrevista se realizó. Y sin embargo, ¡qué actual que siguen siendo sus palabras! 

Allí donde quiera que estés, ¡gracias Julio! Por tu infinito amor.


2002








"El exilio combatiente", ponencia de Julio Cortázar en la "Primera Conferencia Internacional sobre el Exilio y la Solidaridad Latinoamericanas en los años 70", Caracas, octubre 1979





Si estas palabras encuentran su camino a través de la prensa y otros medios de información, y llegan como lo espero a millares y millares de exilados latinoamericanos allí  donde se encuentren, quiero que su simple contenido valga como un mensaje dirigido personalmente a cada uno de ellos; estoy seguro de que este deseo expresará el de todos los participantes de esta reunión.

El solo hecho de que nuestra conferencia tenga por objeto un análisis exhaustivo del exilio tal como se presenta actualmente en América Latina significa de por sí una primera respuesta positiva a algo que específicamente se define como negatividad, como carencia, como exclusión, como despojo. Aquí aprenderemos a través de ponencias y debates, las múltiples facetas de algo que en general se considera en términos unívocos o se sufre en un plano demasiado personal como para objetivizarlo y volverlo materia de reflexión. Pienso que por primera vez va a enfocarse desde tantos ángulos y tantas perspectivas una de las formas más siniestras del destino humano, y que se lo hará precisamente para conocer mejor su realidad profunda, diagnosticarlo como el patólogo diagnostica los males del  cuerpo, y abrir un camino más lúcido y por lo tanto más eficaz a nuestra respuesta y a nuestro combate de hombres libres.

Nada tengo yo de patólogo en este  campo tan cruelmente variado, tan  minuciosamente infernal. Desde mi territorio de inventor de ficciones asisto desde hace  años al espectáculo de una diáspora que tuerce, distorsiona, frustra  o metamorfosea vidas  humanas en una medida y una variedad que ningún esfuerzo de la ficción podría abarcar. Experiencias como las que nos ha tocado vivir a quienes participamos de los trabajos del Tribunal Bertrand Russell, para citar una de las muchas instancias donde se ha hecho oír la voz de los exilados y los perseguidos y los humillados, obligan a una definición mucho más radical que las actitudes usuales frente al exilio, quiero decir la denuncia, la protesta y la solidaridad con las víctimas. Experiencias de ese tipo, que sin duda ustedes han vivido y viven en este contexto, exigen algo más que la adhesión fraternal y la ayuda práctica. Por mi parte, y a riesgo de ofender a los ya ofendidos, o de lastimar a los ya lastimados, esa visión extrema del exilio como pura infamia y puro desprecio, me ha llevado paradójicamente a invertir totalmente su signo, a asumirlo como positividad, como un valor y no como una privación. Libre de toda capacidad lógica o científica, loco en mi incurable locura de cuentista y novelista, he sentido que solamente así, invirtiendo lo que las máquinas de la opresión y el escarnio quisieran afirmar como negatividad, será posible detener un día esa incesante hemorragia de hombres y mujeres que desvitaliza nuestra América Latina.

No he sido ni soy el único en querer cambiar de signo la noción tradicional del exilio y del exilado; sé que en esta conferencia habrá muchas voces para proponer desde distintos ángulos esa vertiginosa, difícil pero absolutamente necesaria revisión del concepto de exilio, su paso de la categoría de disvalor estéril a la de valor dinámico. Más aún, el hecho mismo de que nos reunamos para indagar esta forma de la inhumanidad está probando que de la diáspora puede nacer un ágora, que la sociedad y el desarraigo de miles y miles de mujeres y de hombres latinoamericanos son superables si ayudamos a crear una noción diferente del exilio en cada conciencia y en cada conducta.

La simple verdad es que una noción y una praxis positivas del exilio tienen un doble valor; si por un lado pueden modificar estereotipos negativos y disminuir nostalgias comprensibles pero esterilizantes, por otro lado representan una estrategia y un arma de combate, en la medida en que no aceptan la negatividad con la cual tanto cuentan las dictaduras. Cada vez que he visto a un exilado entrar en el lento y penoso camino de la renuncia, he sentido que algo se afirmaba y triunfaba en el campo enemigo; y es aún más  triste pensar que acaso esa renuncia no nacía solamente de las circunstancias personales de exilio sino que era producto de una noción rutinaria, de un lugar común persistiendo obstinadamente desde el fondo de la historia, y que hubiera bastado mostrar a tiempo la otra cara de la medalla para orientar positivamente toda esa negatividad inútil, para cambiar un destino de frustración y entrega, y devolverlo a su plenitud humana.

Sé de sobra que los  exilados responden a múltiples estratos sociales y calificaciones  culturales, y que los hay que están mejor preparados que otros para hacer frente al vacío y a la incertidumbre dentro de ese limbo en penumbras que es siempre el exilio. Pero estoy seguro de que en casi todos los casos una vivencia de tipo afirmativo es siempre posible, y que nuestro deber, puesto que estamos especialmente equipados para ello, es luchar desde aquí y desde todas partes, tanto en congresos como en la actividad privada, en lo teórico como en lo práctico, para difundir, irradiar, exaltar y volver cada vez más viable esta noción dinámica, este sentimiento de que el exilio es otra manera de vivir pero que puede llenarse de un contenido positivo, de una violenta, hermosa fuerza contra lo que lo provocó en su día y lo hace durar frente a toda razón y toda dignidad. Es así como entiendo ahora la solidaridad, que vista dentro de esta perspectiva va mucho más allá de sus manifestaciones habituales, se ahonda en una incitación a echar por la borda los fantasmas y las nostalgias que se aferran a los pies del presente para no dejarlo avanzar hacia el futuro. Nuestro deber para con los exilados latinoamericanos es sobre todo el de llevarles un sentimiento que yo llamaría solar, una claridad de vida, y no solamente ese apoyo que nace de la fraternidad y los medios económicos, y que casi siempre se coloca bajo el signo más o menos disimulado de la compasión. Estamos en condiciones de potenciar fuerzas tantas veces ahogadas por una noción mediocre y rutinaria del exilio. Ojalá que esta conferencia se cierre bajo el signo de la afirmación y que esa voluntad de destruir el exilio dentro del exilio mismo para volverlo combatiente y operativo, se difunda en todas las tierras donde hay latinoamericanos que sufren, donde hay latinoamericanos que esperan.


Caracas, octubre de 1979
Ponencia de inauguración de la Primera Conferencia Internacional sobre el Exilio y la Solidaridad Latinoamericanas en los años 70, 21-29 de octubre, Caracas- Mérida, 1979



Incluído en el libro 
Editado por
Barcelona 1984

Fuente: Textosenlinea






¡BRAVO JULIO CORTÁZAR ! 



Homenaje a 100 años de su nacimiento y 30 de su partida: 
26 Agosto 1914 - 12 Febrero 1984 / 
Homenagem aos 100 anos de seu nascimento e 30 de sua partida:
 26 agosto 1914 - 12 fevereiro 1984






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