En los últimos tiempos
diferentes medios digitales chavistas y castristas han publicado, sin mi autorización, el
reportaje que le hice al escritor argentino antiimperialista Julio
Cortázar, en 1979, en Caracas.
Como no puedo demandarles ni
evitar que lo sigan haciendo, lo único que puedo hacer es decir públicamente: no soy ni fui chavista, madurista,
castrista, comunista.
Nunca apoyé, ni apoyo, ninguna
dictadura de izquierda o derecha; ninguna
democracia, gobierno, grupo guerrillero o
civil, que viole los derechos humanos.
Soy una ex víctima
de la última dictadura argentina, condenada al exilio a los 21
años por ser pacifista y editar una
pequeña revista de cultura con aires de libertad:
Machu
Picchu.
Soy una argentina-venezolana
autoexiliada en 2007 por rechazar la
dictadura
cívico-militar del comandante Chávez.
Fui miembro de la Junta
Directiva de Amnistía Internacional
Venezuela.
Miembro de la Junta Directiva de la Coordinadora
Pro Derechos Humanos en Argentina, fundada por el exilio argentino en Caracas para
denunciar los crímenes de la dictadura militar argentina y defender a sus
víctimas.
Participé en el Primer Congreso de Familiares de
Detenidos-Desaparecidos de América Latina, realizado en enero de 1981 en
Costa Rica, en representación de Amnistía Internacional Venezuela.
Participé y colaboraré en la
organización del Segundo
Congreso de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de América Latina,
coordinado por la Fundación Fundalatin dirigida por el padre Juan Vives Suriá,
en noviembre de 1981 en Caracas, en representación de Amnistía Internacional
Venezuela.
Fui y soy una defensora de
los Derechos Humanos.
Por eso me indigna, y me sorprende, que medios chavistas y castristas
publiquen el reportaje que le hice a Cortázar,
destacando mi nombre.
Porque yo todavía quiero vivir Libre en un país Libre.
En una Democracia con
Independencia de Poderes.
Sin gente Asesinada, Presa,
Torturada, Exiliada, sólo por pensar diferente.
Un país sin Gente Pobre ni Explotada.
Con Justicia Independiente.
Un país sin Terrorismo de
Estado.
Con Igualdad de Derechos
para Todas y Todos.
Un país sin grupos Paramilitares.
Con Libertad de Expresión.
Un país Sin Explotación ni
Violencia Económica, Sexual, Doméstica, Infantil, Religiosa, Política, Laboral,
Social, Educacional, etc. Para la gente nacida en Venezuela y para quienes
elegimos Venezuela como nuestra patria.
Sin Machismo.
Sin Racismo.
Sin Antisemitismo.
Un país Con Igualdad de
Derechos para Todas las Mujeres, independientemente del género con el que
hayamos nacido.
Un país Con Igualdad de
Derechos para la comunidad LGTBI.
Sin Xenofobia.
Con Hospitales y Escuelas
Públicas que funcionen.
Sin Corrupción.
Sin gente Trabajadora y Estudiantes viviendo en Barrios Marginales.
Un país donde el Estado, las
Religiones y el Machismo nos devuelvan a las Mujeres Nuestros Cuerpos Expropiados.
Sin Homofobia.
Un país donde el Estado deje
de Perseguir y Encarcelar a las Mujeres
por querer ser Dueñas de Nuestros
Cuerpos.
Sin Femicidios.
Sin Asesinatos.
Sin Violencia Civil.
Un Estado Laico.
Un país que devuelva sus
Tierras a los Pueblos Originarios.
Un país con Amor y no con
Odio.
Un país con Paz y en Paz.
Donde lo importante seamos
los seres humanos y no el partido político de militancia.
Un país donde podamos vivir,
convivir, respetarnos, aceptarnos, con nuestros acuerdos y diferencias.
Un país donde el Gobierno
sea mi Empleado y no mi Dueño.
Por
eso no soy ni fui chavista, madurista, castrista, comunista.
25
de febrero de 2018
Escritora
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